Seguro que en los últimos años te has cruzado con la palabra kizomba en algún sitio… en la televisión, en una conversación, en un artículo… lo cierto es que este ritmo africano fuertemente arraigado en Francia y Portugal aterrizó en España hace unos seis años y no para de ganar adeptos.

Corría el 2010 cuando en las salas de ritmos latinos, entre las salsas y las bachatas, un puñado de locos corría a la pista cuando sonaba una melodía lenta, sensual y cadenciosa que bailaban completamente abrazados.

Se equivocaron los que pensaron que la kizomba sería una moda pasajera porque con el paso del tiempo sus fans se multiplicaron y proliferaron los congresos y sesiones temáticas por todo el mundo.

Bailar kizomba mola, la energía que se genera al tener al otro tan cerca es especial y la sencillez de sus pasos básicos permiten que lo puedas bailar incluso con los ojos cerrados.

Sus seguidores creen que es una forma de entrelazar dos almas a través de ese abrazo tan cerrado. Conectar es el objetivo principal, sentir la música, escuchar el cuerpo del otro y dejar volar la imaginación.

Aunque no te lo creas bailar kizomba, o tener kizomberos cerca, puede mejorar tu vida… si bien es cierto que, como en cualquier colectivo, hay de todo, como en botica, estos son algunos de sus rasgos característicos:

Sensibles

Bailar kizomba exige cierta sensibilidad… la forma de abrazarse es muy característica y la manera correcta de indicar los pasos a la mujer es sutil y educada. Normalmente les apasiona escuchar la música para interpretarla con el cuerpo.

Extrovertidos

Los kizomberos son gente extrovertida… la prueba está en que bailan a distancias muy cortas con personas desconocidas, sólo por el hecho de compartir afición. Hace falta una mente abierta y limpia. Si el objetivo es arrimar, serás pronto una persona non grata en el ambiente.

Espirituales

Bailar kizomba es mucho más que bailar… o eso aseguran sus defensores. El objetivo es intentar conectar con el alma y la esencia de la otra persona. Por eso suelen repetir dos, tres, cuatro o cinco canciones con la misma pareja, porque se necesitan más de tres minutos para sentir e interpretar al otro.

Alegres

No sabemos si tiene que ver con la energía positiva derivada de ese abrazo cerrado pero los kizomberos suelen ser personas alegres y positivas. Su vitalidad se ve claramente cuando bailan otros ritmos vinculados a África como semba, afrohouse o kuduro.

Cosmopolitas

En una sala de kizomba te encontrarás gente de muchos países diferentes… Angola, Cabo Verde, Marruecos, Portugal, Francia, España… así que son abiertos, cosmopolitas y políglotas. Aunque la danza es un idioma universal, bailando kizomba podrás practicar otras lenguas, ya que muchas de sus canciones están grabadas en francés, portugués o brasileño.

Kizomba
Kizomba | Diaz Carlosphot

Terapeutas en potencia

Bailar bien kizomba te convierte casi al instante en una especie de terapeuta emocional. No hay nada más gratificante, en momentos de bajón, que bailar kizomba con alguien conocido y sentir el calor de ese abrazo. Comprobado, ¡reconforta y mejora el estado de ánimo!

Modestos

Los seguidores de la kizomba, en general, son gente bastante modesta… lejos del lucimiento y la dificultad técnica que se han impuesto en otros ritmos como la salsa o la bachata, ellos siguen apostando por la sencillez y el sentimiento. No salen para lucirse en la pista de baile y hay menos competencia que en otros ambientes.

Naturales

Está claro que siguen abogando por la naturalidad… desde bailar descalzos, a llevar ropa informal para sentirse más cómodos, pasando por organizar sesiones de baile en parques y sitios al aire libre, cualquier momento es bueno para echarse un par de temas. Un salón se puede convertir en la mejor pista de baile.

Cariñosos

Está claro que para bailar completamente abrazado a alguien tienes que ser cariñoso y no tener conflictos con la invasión de tu espacio personal. El secreto está en sentir en todo momento el respeto del otro…

Incondicionales

Si por algo se caracterizan es por ser incondicionales de su ritmo… aunque muchos llegaron a la kizomba a través de otros ritmos latinos, el enganche es tal que la mayoría han abandonado el resto de bailes para dedicarse a éste en exclusiva. ¿Sectarismo? No, sólo amor incondicional.