Si ponemos en una balanza los beneficios de salir a la calle a hacer deporte con el aire contaminado o quedarnos en casa en el sofá viendo cómo las noticias informan de los altos niveles de polución, la opción ganadora sería la primera, por muy sorprendente que parezca.

Y la afirmación no es baladí. Es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague que, durante aproximadamente 20 años han estudiado los hábitos de una muestra de 52.061 personas, así como los niveles de contaminación de la capital danesa.

La conclusión es clara: es más saludable salir a correr, caminar, o hacer deporte en el propio jardín, que no hacer nada. Al finalizar el estudio, estos investigadores se dieron cuenta de que había un índice de mortalidad un 20% más bajo entre aquellos que hicieron deporte aun con la atmósfera contaminada que los que se quedaron y llevaron una vida sedentaria.

La contaminación envuelve China

Sin embargo, los investigadores también advierten de que este mismo estudio debe ser reproducido en ciudades de mayor tamaño que Copenhague que, además, aunque tenga contaminación, no sufre los niveles exagerados de grandes urbes como México D.F. o Pekín.

No obstante, otro estudio publicado en 2007 también apunta hacia la misma conclusión. En este caso, el objeto de estudio fue el deporte en Hong Kong. La conclusión, muy parecida: los efectos positivos del deporte eran superiores a los de no hacer nada, aunque para ello tuvieras que respirar un aire contaminado, y disminuía el riesgo por una muerte prematura debido al sedentarismo.

Por todo ello, la investigación danesa apunta a que la calidad del aire no debe ser una barrera que impida a la población practicar deporte, puesto que es peor quedarse en casa sin hacer nada, máxime cuando el sedentarismo está siendo la epidemia del S.XXI.

A pesar de estos estudios científicos, conviene recordar algunas recomendaciones que puedes llevar a cabo si vives en una ciudad contaminada y, aun así, quieres hacer deporte en el exterior.

1.- Haz deporte por la mañana: a primera hora del día, con la primera luz, aún podrás disfrutar de algo de aire fresco sin contaminar. Si lo dejas para por la noche, el entorno habrá acumulado toda la contaminación del día y lo notarás más directamente en los pulmones.

2.- No todo el deporte es correr: también puedes hacer otro tipo de deporte más pasivo, como yoga, pilates o, directamente, meterte en un gimnasio a sudar, aunque… ¿está limpio el aire del gimnasio?

3.- Elige el lugar adecuado: evidentemente, si quieres tragar gases contaminantes, te recomendamos que corras pegadito a la carretera. Disfrutarás del sabor de la combustión del petróleo en sus múltiples variantes pero, si quieres intentar escapar de esa burbuja, escápate a un parque alejado de coches y ruidos: tus pulmones te lo agradecerán.