Investigar y poner el foco de atención en el tema de la pérdida de la biodiversidad, demostrando a la vez que se puede vivir en armonía con la naturaleza a partir de la movilidad sostenible, ese es el objetivo de Kate Rawles, una profesora universitaria y filósofa ambiental inglesa que ha emprendido un viaje que ella ha denominado como The Life Cycle (El ciclo de la vida).

Su periplo comenzó en diciembre del pasado año, momento en el que partía de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra y atravesó el Océano Atlántico en barco para llegar a Costa Rica, donde ha comenzado su verdadero viaje.

Uno con el que pretende cubrir la distancia de 9.600 kilómetros pasando por los Andes y llegando a la zona más extrema de Sudamérica: el Cabo de Hornos.

Así, durante alrededor de un año, la profesora explorará uno de los continentes más ricos desde el punto de vista natural, pero también uno de los más amenazados.

De ahí, que haya sido el elegido por Rawles para su viaje, ya que quiere profundizar en el problema de la pérdida de la biodiversidad y comprender qué está sucediendo en el planeta para así tratar de protegerlo.

Para ello, prevé visitar aquellos proyectos en torno a estos aspectos más importante y avivar el diálogo con la población local. Toda la información que consiga se recogerá en un libro, aunque ya va anticipando varias de sus aventuras en su blog.

“La pérdida de biodiversidad y su impacto en la vida terrestre es una amenaza para la supervivencia de los seres humanos y de millones de otras especies”, afirma la profesora. “La influencia del hombre en el ecosistema terrestre a nivel global está alterando profundamente el planeta, con consecuencias que todavía no conocemos en toda su gravedad”.

Precisamente por ello, Rawles ha elegido llevar a cabo su hazaña sobre una bicicleta, pero no en una normal, una de bambú. Y es que, la filósofa, ayudada por el Bamboo Bicycle Club of London, la ha estado construyendo durante semanas y documentando todo el proceso en su blog.

El hecho de elegir este material estuvo motivado por el bajo impacto que éste tiene en las emisiones de CO2, muy inferior al de otro tipo de materiales usados para los cuadros, además de resultar también altamente resistente.

No es la primera vez que Rawles decide emprender un viaje de estas características. De hecho, se puede decir que vive con la mochila a cuestas.

Así, en 2014 llevó a cabo una expedición a la que bautizó como Gyre to Gaia, por las aguas del Atlántico recorriendo desde las islas Azores a las Canarias.

En esta ocasión el objetivo era documentar los efectos del plástico sobre el ecosistema marino. Años antes, la profesora llevó a cabo otro proyecto muy similar al que está realizando ahora: ‘The Carbon Cycle’, un recorrido de 7300 kilómetros en bicicleta desde Texas hasta Alaska.

En esta ocasión, el objetivo era documentar la influencia de los yacimientos de petróleo en Norteamérica y su influencia en el cambio climático. De aquella aventura surgió también un libro: The Carbon Cycle; Crossing the Great Divide.