Ir al gimnasio merece la pena no solo por los resultados físicos que ves en tu cuerpo sino también por la cantidad de gente diferente que te encuentras.

El mundo gay está muy presente en el tuyo (¡bien!), por lo que seguro que verás alguna cara conocida de tus noches de fiesta o de tus aplicaciones de ligoteo. No te pierdas esta guía con los tipos de personas LGTB que te encontrarás haciendo gimnasia.

El hipermusculado: En todo gimnasio hay uno. Vale, hay muchos. Le verás mirándose al espejo, poniendo poses e incluso haciendo bailes alocados entre serie y serie dignos de un after hour.

No te sorprendas si le ves subirse la camiseta: no es que intente ligar contigo, es que no puede dejar de mirarse los abdominales en el espejo.

Puede que te parezca que te mira por encima del hombro, pero lo que pasa es que los tiene muy grandes. Toma tantos suplementos que su taquilla parece un laboratorio.

El oso: Se le conoce como bear en el mundo gay. Grande y velludo, el oso te sorprenderá por su capacidad de levantar grandes pesos. Eso sí, el cardio no es su punto fuerte, así que pocas veces le verás subido a la elíptica o en la cinta de correr.

Ocupa mucho espacio, por lo que vas a tener que abrirte hueco si se juntan unos cuantos como él. A pesar de su aspecto rudo, el oso es amable y no dudará en compartir contigo cualquier pesa o máquina que esté usando.

El de los gemidos: Le gusta el hipermusculado y quiere ser como él. Cuando levanta las pesas no sabes si está teniendo un orgasmo o si se va a convertir en Hulk.

Bajarle peso a una barra no está contemplado entre sus opciones, por eso sus gruñidos al hacer una fuerza excesiva recorren toda la sala de pesas, dejando a todo el mundo boquiabierto.

El de Grindr: Su cara te suena... ¡Y tanto que te suena! Te lo has encontrado varias veces en la aplicación de ligoteo gay que sueles usar.

¡Espera! No es solo que te suene, es que en realidad es uno de tus líos... ¡Ups! Comienza tu huida por todo el gimnasio para que no te vea. Tranquilo, se engancha a la app entre serie y serie, así que ni se fija en los chicos que estáis a su alrededor.

El marcador: Siempre lleva ropa muy ceñida. Las mallas ultrafinas y superapretadas son su prenda favorita. Nada deja a la imaginación. Su trasero te deja hipnotizado sentadilla tras sentadilla y el paquete es un bulto que le harían facturar para subir a un avión.

La camiseta de tirantes que lleva deja ver parte de sus pectorales y todos sus bíceps. Total, que así no hay quien se concentre y tú ya no sabes cuántas series llevabas.

El crossfitero: Es un auténtico fanático del Crossfit y en realidad no hace otra cosa en el gimnasio. Con los hashtag #crossfit #gayman #gym se ha convertido en el crossfitero gay más popular de Instagram.

Te parece perfecto, justamente musculado y minuciosamente definido. Tú quieres un cuerpo como el suyo... y lo quieres ya, pero entre tus brazos.

El multidisciplinar: No se pierde ni una clase. Zumba, Body Pump, Body Combat... En los vestuarios tiene hasta una taquilla alquilada para él solo. Es lógico, teniendo en cuenta que se pasa medio día en el gimnasio.

Como se mete a todas las sesiones, conoce a muchísima gente y es todo un relaciones públicas. Se rumorea que él es el único del club que ha tenido sexo con el monitor gay por el que todas suspiran.

Las chicas lesbianas: Lo de “chicas al poder” cobra todo su sentido cuando las ves a ellas cruzar por los tornos de la entrada.

Abriéndose paso entre los machos alfa que tienen tomadas las instalaciones, dejan con la boca abierta a todos los gallitos de gimnasio cuando se atreven con las pesas más grandes. Escuchan a Malú a todo trapo en sus reproductores musicales y coquetean con la morena maciza de Pilates.

Como ves, con esta diversidad da gusto ir a entrenar. No solo no te vas a aburrir sino que vas a poder socializar y hacer amigos con tu misma orientación sexual al ritmo de las pesas. No olvides que esta clasificación está hecha en tono jocoso. ¡Di adiós a los estereotipos y pasa de las etiquetas!