Esta es la noticia que todos los ‘vaguetes’ estaban esperando: ¿cuántas veces nos hemos propuesto ir al gimnasio después del trabajo o de las clases, pero cuando llega el momento, ese entusiasmo inicial se convierte en pereza y decidimos utilizar nuestro tiempo en no hacer nada tumbados en el sofá? Pues bien, a partir de ahora podrás quitarte la etiqueta de “amigo vago” y presumir de estar yendo al gimnasio, eso sí, mejor que no cuentes todo lo que haces.

Y es que, aunque la iniciativa de echarse una siesta en el gimnasio tiene todos los ingredientes para ser española, es la cadena de gimnasios ingleses David Lloyd la que se nos ha adelantado con la idea y ha creado una nueva moda fitness a la que han bautizado como ‘napercise’, que consiste en hacer 15 minutos de ejercicio para acabar después con el plato fuerte: 45 minutos de siesta. El término surge de la unión de dos palabras: nap (siesta) y exercise (ejercicio).

¿Pero cómo se le ocurre a un gimnasio poner unas clases para echarse la siesta? Pues bien, la idea surge a raíz de todos esos padres que se pasean por la vida con unas ojeras que les llegan hasta los pies, ya que según comentan desde el centro deportivo después de realizar un estudio vieron cómo el 86% de los progenitores aseguraron estar cansados. Sin embargo, pese a que la clase surgió dirigida principalmente a padres, la realidad es que no es necesario tener hijos para disfrutar de estas “lecciones”.

 

De este modo, los participantes cuentan con todo lo necesario para conseguir realizar una siesta-fitness: con camas individuales, sonidos sugerentes, y una temperatura que, aseguran, promueve la quema de calorías mientras se duerme.

Ségún Kathryn Pinkham, experto en sueño, que ha colaborado con la cadena de gimnasios, estas clases generan efectos muy positivos: "Dormir es mucho más importante que la gente piensa. Tenemos la tendencia a creer que tiene sólo efectos corto plazo, acabando con el cansancio o la falta de concentración, pero también es esencial para nuestro bienestar físico y mental a largo plazo”.

"Además la falta de sueño trae consigo un mayor riesgo de ansiedad y depresión, nos quita la energía necesaria para hacer ejercicio con regularidad y también la claridad mental para tomar buenas decisiones acerca de los alimentos que comemos, lo que podría tener un impacto negativo a largo plazo en nuestra salud física”, asegura Pinkham a The independent

Mirándolo así, puede que tengan razón aquellos que afirman que el mejor deporte es “echarse la siesta”