Este hecho llevó a Denk a comenzar una dieta muy estricta que pronto la acabó aburriendo, en parte también porque no se había puesto en manos de ningún especialista que le aconsejara sobre lo que debía comer o lo que no. Así que sufrió el temido efecto yoyó y cogió más peso del que ya tenía. Vuelta a empezar.

Por suerte, finalizó bien sus estudios y comenzó una carrera universitaria donde los alumnos, ya más adultos y con la cabeza mejor formada, no eran tan expeditivos contra ella. Pero en su interior quería adelgazar no ya para el ‘qué dirán’ sino para encontrarse bien consigo misma.

Entonces sí, Denk comenzó una dieta basada en el FAST, del que ya hemos hablado aquí alguna vez y consistente en comer unos días sí y otros días no, pero de manera controlada y con las raciones exactas de nutrientes para poder aguantar durante 24 horas sin ingerir ningún alimento.

Además, Denk también empezó a hacer deporte. Según comenta, con lo que empezó primero fue con el Crossfit, actividad que, dice, recomendaría a todo el mundo. Sin embargo desde aquí tenemos que decir a Denk y a todos aquellos que se encuentren en su situación, que el Crossfit no es la mejor manera de comenzar a perder peso.

Y no lo es por un sencillo motivo: si nunca hemos hecho deporte, nuestra musculatura no está preparada para afrontar la exigencia que piden los ejercicios de Crossfit, como hacer burpees o levantar pesos muertos en forma de rueda. Si empezamos así, lo más normal es que acabemos lesionados en las primeras semanas. Y después llegan los lamentos.

Lo fundamental para empezar a perder peso es empezar a acostumbrar al cuerpo a hacer deporte, a crear un hábito, en definitiva. Y esto se puede hacer, por ejemplo, saliendo a caminar todos los días e incluyendo, poco a poco en nuestra rutina, actividades más cardiovasculares, como salir a correr a ritmo moderado, natación o, sencillamente, pasear por el campo.

Sin embargo, en el caso de Denk el sistema le funcionó, puesto que perdió 45 kilos en dos años.

Ahora, cuando se encuentra trabajando como modelo y su cuenta de Instagram tiene ya más de 12.000 seguidores, Denk da las gracias a todos aquellos que se metieron con ella, sin los cuales igual no habría reaccionado de la manera positiva en la que reaccionó.

No es que los justifique, y menos aún que defienda el bullying, sino que es una manera de que aquellas personas insensatas vean que lo que hicieron en su momento (tratar de hundirla) de nada sirvió, y ahora recorre las pasarelas de medio mundo mientras ellos, probablemente, estén sentados delante de un ordenador viendo pasar sus vidas.