Vivian Stancil tiene hoy 71 años, y eso pese a que a los 49 su médico le aseguró que no llegaría a los 70. Stancil, ciega desde los 19, sufría obesidad y su única posibilidad de supervivencia era perder kilos y adquirir un ritmo de vida saludable, con un aumento de actividad física.

Decidió ponerse manos a la obra y tratar de bajar todos esos kilos que tanto mal le estaban haciendo. Su primer impulso fue empezar a correr, pero pronto descubrió que aquella actividad resultaba demoledora para sus rodillas.

Así que pese a tener terror al agua, decidió aprender a nadar: "Estaba aterrorizada, pero no iba a ceder al miedo", asegura. "Cuando comencé con las lecciones de natación, me agarraba al borde de la piscina, temía por mi vida. Mientras, mi instructor me solía gritar: ¡Vivian, aléjate de esa pared o nunca aprenderás a nadar".

Y vaya si aprendió, hoy atesora 176 medallas en distintas disciplinas de natación conseguidas en los Juegos Olímpicos Sénior, de los que se ha celebrado la última edición en Birmingham el pasado mes de junio.

Vivian ha conseguido los metales gracias a su tenacidad, y eso pese a que su ceguera le supuso a la hora de aprender a nadar un desafío adicional. Sin embargo, asegura, la piscina también ha sido su salvación: "Hay serenidad en el agua. Puedo rezar mientras nado, nadie me molesta".

Pese a que su falta de visión le supone un hándicap para competir, ella lo combate con algunos trucos como llegando antes a la piscina donde se desarrollará la carrera para así poder familiarizarse con el ambiente. "No pueden asignarme el mismo carril en el que practico, pero vengo temprano para acostumbrarme", explica. "Además, me quedo más cerca del borde del carril que otros nadadores porque me da tranquilidad".

Desde que comenzó con la natación, esta 'súper abuela' nada por lo menos tres veces a la semana para prepararse para competir. Además, quiere que su historia se conozca para inspirar a otras personas que puedan estar en su misma situación, por ello, ha creado la fundación Vivian Stancil que se encarga de dar lecciones gratuitas de natación

El afán de superación de Vivian ha servido además de inspiración para la documentalista neoyorkina Riley Hooper que ha realizado un documental sobre la vida de esta nadadora. Lo puedes ver aquí:

 

Así que a partir de ahora, cuando estés en el sofá pensando que estás demasiado cansado para salir a hacer un poco de ejercicio, puede que no te venga mal acordarte de Vivian...