De siempre se ha dicho que la mejor manera para tener un sixpack bien marcado es la repetición de abdominales. Incluso algún expresidente del Gobierno llegó a decir que hacía 1000 repeticiones cada día con el fin de tener su tabla en perfectas condiciones de gobernanza.

Sin embargo, si eres de los que odias a los abdominales, vas a comenzar a adorar a los siguientes investigadores. Los primeros de ellos llevaron a cabo una investigación en 2011 en Illinois entre un grupo de personas que realizaban abdominales todos los días y otro grupo que no hacía nada.

Los resultados determinaron que aquellos que hacían abdominales todos los días no solamente no obtuvieron ningún beneficio en el sentido de reducción de la grasa abdominal o del tamaño de la cintura, sino que acabaron con dolores en la zona lumbar.

Más adelante, Stuart McGill, profesor de biomecánica de la columna vertebral en la Universidad de Waterloo en Canadá trató de seguir investigando sobre los efectos de los abdominales en los seres humanos.

Para ello, utilizó cadáveres de cerdos, cuya estructura ósea de la columna vertebral se asemeja bastante a la del ser humano, y reprodujo el movimiento articular que se hace cuando se realizan los abdominales.

Cuando examinó los discos de la columna se encontró protuberancias que, al provocar presión sobre los nervios podría suponer dolor de espalda y, en última instancia, una hernia discal.

No obstante, para los defensores de los abdominales también hay que apuntar que este doctor hizo que esas columnas vertebrales realizaran miles de repeticiones de manera automática y sin descanso, algo que ningún ser humano podría llevar a cabo (o eso creemos).

De todos modos, antes de que te pongas a hacer abdominales, o a dejar de hacerlos, sigue estos consejos y estos ejercicios que nos propuso Álvaro Pedroche y con lo que seguro que, al menos, no tendrás dolor de espalda, sino unas agujetas para unos cuantos días. ¡Suerte!