Tras los meses de descanso estival, con algunos kilitos de más, nos entran las prisas por recuperar la forma de meses anteriores, y queremos obtener resultados de forma rápida.

Hoy veremos los errores más comunes que suelen cometerse en la vuelta al gimnasio, para que esta vez, esas buenas intenciones duren más de un mes.

Tanto si eres asiduo a las sesiones de gimnasio o clases colectivas, como si eres un novato que has decidido empezar, toma nota de estas recomendaciones. Como entrenadora personal, son muchos los errores o dudas que observamos los primeros días de esta vuelta a la rutina.

Los milagros no existen, ten paciencia

Un error común es comenzar las primeras semanas acudiendo al gimnasio en exceso: a muchas clases, muchas horas… Lo único que conseguirás es no dejar que el cuerpo se adapte correctamente a los cambios que van a producirse, y es más que probable que a los pocos días acumules más cansancio del habitual. Tómate la vuelta sin prisas, estableciendo un mínimo de días semanales para retomar la rutina de forma progresiva.

Acude al gimnasio que más cerca de casa o trabajo tengas

Es la mejor manera de no perder tiempo en desplazamientos y será más fácil ir cuando aparezca la sensación de pereza.

Pide asesoramiento a los instructores y entrenadores de la sala

Puede que seas un experto, tengas experiencia previa, o puede que sea la primera vez que pisas una sala de fitness. NO te aventures a ir de máquina en máquina probando a ver cuál te gusta más sin saber cómo se realizan los ejercicios o para qué sirven. Siempre que dudes, pregunta a los instructores, solicita un plan de entrenamiento de adaptación para las primeras semanas. No tengas vergüenza porque ellos están para ayudarte.

De esta manera no malgastarás tu tiempo perdido entre tantas máquinas. Y sabrás lo que hay que hacer en cada momento sin parecer un novato.

Establece objetivos a corto plazo razonables.

Si has cogido algo de peso durante las vacaciones, dejar de comer y matarte a entrenar horas seguidas en el gimnasio no son la mejor de las soluciones, y es probable que el efecto rebote sea aún peor. Comienza por asegurarte en tu planificación semanal 3 -4 días fijos para acudir al gimnasio y llevar un entrenamiento variado.

Con volver a una alimentación normal, sin los excesos típicos del verano, enseguida sentirás cómo los cambios en tu estado de forma y cuerpo son más rápidos de lo esperado y perduran en el tiempo.

Pasadas las primeras 4 semanas, que ya tengas la rutina cogida, mantén esos días semanales e incluso añade uno más con una actividad nueva más estimulante o que te suponga un reto. Así mantendrás el interés.

Comienza por el principio: una rutina de entrenamiento de adaptación.

Seas amateur o principiante, olvídate de las cargas y pesos, y rutina antes de las vacaciones, pues tu cuerpo necesita adaptarse de nuevo. Querer empezar con objetivos demasiado ambiciosos puede llevarte a sobre-entrenarte, una lesión o frustrarte. De ahí los pequeños objetivos y/o retos semanales.

Hacer únicamente “cardio” y los clásicos abdominales para adelgazar

Lejos de ponerte en forma y perder lo que sobra, además te aburrirá. Combina todo tipo de ejercicios y sesiones, con clases colectivas, estimulando al cuerpo y a la mente de formas diferentes. Te aseguro que los resultados llegan mucho más rápido y de una forma más adecuada.

Introduce un nuevo hábito saludable o de actividad física a la semana

Subir las escaleras de casa en lugar de subir en ascensor, caminar para ir a trabajar o hacer la compra…pequeños cambios que no suponen un gran esfuerzo pero que en el medio plazo mejorarán tu estado de salud.

Dejar de comer para adelgazar

Sí habrá que reducir los excesos de alimentos hipercalóricos que no nos aportan nutrientes, pero jamás dejar de comer, pues es la peor de las vías para perder masa grasa. Una nutrición completa, sin excesos acompañada de al menos 1 hora de ejercicio físico, provocará en tu organismo cambios más duraderos sin dañar tu salud.

No acudir al gimnasio con la ropa de estar por casa

Elige bien la ropa de entrenamiento: cómoda, que transpire y a ser posible que no sean las camisetas de publicidad que tienes para estar por casa. Cuando uno se siente bien por fuera, la actitud es mucho más receptiva y no serás el centro de las miradas por ir hecho un cuadro

Ahora ya tienes esta guía para que la vuelta al gimnasio no sea una odisea y te resulte más fácil no sólo empezar, sino no abandonar en el segundo mes. Recuerda, sin prisas, pero tampoco sin pausas. Y siempre que dudes, pregunta.