Es lo que tiene el verano. Lo destapamos todo. Todo lo que, durante el otoño-invierno, se oculta tan ricamente bajo las confortables capas de textil, se revela ahora en todo su esplendor.

Es hora de tirar de repertorio de excusas –no demandadas en la mayoría de los casos- que, por lo menos, nos hacen sentir un poco menos… incómodos. Una de las más manidas es el “estoy hinchado”. A lo que nuestro interlocutor suele responder para sus adentros: “Sí, pero no de aire; sino de refrescos, chorizo, judías, pasteles…”.

Pero ¿y si realmente nos hinchamos porque comemos mal y no porque nos pongamos las botas en cada comida? Miriam Huerta, dietista-nutricionista de Clínica D-Médical, nos da las claves para poner remedio al efecto ‘pez globo’.

1. “Come poca cantidad, pero varias veces al día”, recomienda Huerta. Tu aparato digestivo se acostumbrará a estar siempre activo pero sin enfrentarse a los grandes sobreesfuerzos que suponen las comidas muy copiosas.  Y no te saltes ninguna comida porque llegarás a la siguiente con tanta hambre que el tema se irá de las manos. El hambre te cegará los sentidos y rebasarás todos los límites.

2. En la mesa, “olvídate de las prisas”, aconseja. Del ansia. Recuerda aquellas sabias palabras de tu madre. “Come despacio y mastica bien la comida que te va a sentar mal. ¡Nadie te la va a quitar!”. Pues eso mismo.

3. “Come de todo”. Haz memoria otra vez para escuchar a tu mami: “Con las cosas de comer, no se juega”. Sigue una dieta equilibrada en cuanto a alimentos ricos en hidratos de carbono, proteínas y grasas. No te dejes seducir por las dietas milagro, ni por todos esos productos presuntamente sustutivos de un buen plato a degustar con cuchara, tenedor o cuchillo.

4. “No abuses de las bebidas gaseosas”, advierte la experta en nutrición de Clínica D-Médical. Tampoco de las que contengan alcohol. La mejor opción siempre es el agua pero no descartes otras tan nutritivas como los smoothies. Siempre te queda la opción, eso sí, de quitarles un poco de gas.

5. En verano, no dejes de incorporar las legumbres a tu dieta pero “tómalas como plato único sin condimentos grasos”, apunta. Así que dejemos esos maravillosos compangos asturianos de morcilla, chorizo y tocino para el invierno; mejor una buena ensalada de garbanzos o lentejas.

6. “Hidrátate. Bebe entre 1,5-2 litros de agua al día”, explica Miriam Huerta. Recuerda: no esperes a tener sed. Si haces ejercicio bebe antes, durante y después del entrenamiento. ¡No la líes!

7. Las ensaladas, como las bicicletas, son para el verano. “Come hortalizas o verdura, en cantidades adecuadas, divididas entre la comida y la cena”.  Entre horas, nada como alguna pieza de las deliciosas frutas de temporada.

8. “Consume frutas muy ricas en agua”, concluye. Si en las horas de la comida hemos comido mucho y ya no nos cabe más, déjalas para entre horas. Pero lo más recomendable es comer menos cantidad y para dejar hueco para la fruta.