Se viene hablando desde hace unos cuantos años de las investigaciones que se están llevando a cabo para sacar al mercado una píldora que sustituya los beneficios intrínsecos que ofrece el ejercicio físico.

La idea inicial no es que las personas sedentarias se hagan más sedentarias y sustituyan el deporte por quedarse en casa tirados en el sofá, sino que está dirigido a personas que sufren de obesidad y otras patologías que les impiden moverse y a los que, sin embargo, le vendrían muy bien los beneficios que el resto despreciamos por pura pereza.

Ahora, un equipo dirigido por Joshua T. Butcher, del Centro de Biología Vascular de la Universidad de Augusta, en Canadá, ha concluido una investigación con ratones en la que han logrado suprimir la producción de la proteína miostatina, por lo que han mejorado la masa muscular de los roedores a la vez que han conseguido mejoras en su salud cardiovascular y renal.

Para demostrar este extremo, hicieron una prueba de resistencia en cinta de correr con dos grupos de ratones: el primer grupo, que había ingerido el medicamento, estuvo en la cinta hasta 270 minutos antes de que se agotaran; por el contrario, el segundo grupo, que no había ingerido el medicamento, tan solo aguantó 160 minutos.

En ambos casos, la fatiga llegó cuando los niveles de glucosa comenzaron a caer de manera drástica, por lo que los investigadores llegaron a la conclusión de que con el medicamento que les administraron podían llegar a afectar al funcionamiento de hasta 1000 genes, muchos de ellos relacionados con la miostatina y la producción o quema de glucosa.

Este hallazgo abre una puerta más que interesante a la posibilidad de que personas enfermas puedan beneficiarse de las ventajas físicas del deporte, aunque no puedan moverse para ello.

Y no solo eso. Según explican los investigadores, la ingesta de esta pastilla también podría servir para los deportistas que, en algún momento de su disciplina deportiva, se ven afectados por un bajón en su rendimiento. Por ejemplo, los ciclistas cuando les llega la temida “pájara” o los maratonianos cuando ven el famoso “muro” delante podrían beneficiarse del mayor efecto de esta píldora mágica: acelerar la quema de grasa pero disminuir la de azúcar.

De hecho, en 2008 muchos atletas utilizaron un compuesto similar durante los Juegos Olímpicos de Pekín para aumentar su rendimiento, lo que dio lugar a la prohibición de este tipo de píldoras por parte de la Agencia Mundial Antidopaje. Ahora, sin embargo, se espera que llegue pronto con todos los permisos correspondientes y pueda ayudar a mejorar la vida de muchas personas que, realmente, lo necesitan.