Se llama Coss Marte y actualmente es propietario de uno de los gimnasios más originales de Nueva York. Este joven exconvicto de origen dominicano ha creado un modelo de negocio que podría hacer la competencia al afamado CrossFit: su tabla de ejercicios utiliza el propio cuerpo como pesas y también emplea saltos y flexiones para poner el cuerpo a punto.

Su idea nació entre las rejas de una prisión de Rikers Island, donde entró cuando en 2009 le pillaron traficando con drogas. Allí, en su pequeña celda de 6 m², Coss Marte tomó constancia del peligro que corría su vida cuando los médicos de la cárcel le dijeron que debía adelgazar y reducir sus niveles de colesterol en sangre si no quería sufrir un infarto.

La báscula no dejaba margen a la duda: los 115 kilos que pesaba Coss no eran saludables para un joven de 23 años que medía 1,75 metros. Con el objetivo de reducir la cantidad de grasa sobrante de su organismo, decidió emplearse a fondo para recuperar su buena forma física y comenzó a hacer deporte.

Saltos, flexiones, sentadillas, burpees y carreras se convirtieron en su día a día. A los seis meses se reflejaron los primeros resultados: Coss Marte había perdido 35 kilos. Además, junto a él, otros 20 presos de su mismo centro también rebajaron peso gracias a las indicaciones que les hacía su compañero. En total, sumando los kilos perdidos por todos los que se unieron a su rutina, se llegó a la media tonelada.

La dura ‘carrera’ del éxito

Cuando Coss salió de prisión tras ver su condena disminuida de siete a cuatro años, un nuevo reto se presentó en su vida: nadie se atrevía a darle trabajo en cuanto conocía su pasado como delincuente. Después de recibir negativa tras negativa, Coss decidió que empezaría a dar clases de gimnasia gratuitas en un parque de Manhattan.

Poco a poco fue haciéndose con una amplia cartera de clientes y enseguida se planteó la posibilidad de crear su propio gimnasio. Sin embargo, las dificultades volvieron a ponerse en su camino porque ningún inversor quería arriesgar y alquilar un local a un expreso. Y una vez más, Coss Marte superó la adversidad.

El joven presentó su idea de negocio a ‘Competencia de Desafío de Propuestas de Negocios’, un programa de emprendedores del sistema carcelario que le consiguió el dinero necesario. Después, una budista propietaria de un local en el downtown neoyorquino donde él vendía drogas de joven confió en su idea y le alquiló el espacio.

 

1.000 calorías en 30 minutos

Entre los métodos más duros del gimnasio está lo que el propio Coss ha llamado Manic Mondays, unas rutinas que permiten cada lunes por la mañana decir adiós a los excesos del fin de semana quemando 1.000 calorías en 30 minutos.

La tabla de ejercicios combina flexiones con saltos, a la vez que moviliza toda la musculatura del abdomen contrayéndola en diferentes posturas. Las piernas y los brazos no se quedan relegados, y se ponen en marcha fortaleciéndolos con movimientos repetitivos e intensos.

Pero no solo sus tablas de ejercicio son peculiares. También la decoración del local resulta de lo más llamativa: tras una paupérrima fachada con un discreto cartel que indica la ubicación del gimnasio se encuentra un espacio subterráneo sin más equipamiento que un espejo. En las paredes, fotos de presos famosos como O.J.Simpson, Zsa Zsa Gabor o Lindsay Lohan. Los muros del gimnasio simulan ser un alambre de púas.

Sus clases no solo son presenciales, sino que también se pueden disfrutar a través del ordenador pagando una cuota de inscripción. Sin duda, una historia de superación que ayuda a estar en forma y quemar grasa a la vez que colabora en proyectos solidarios y benéficos.