No se puede negar, en los días más calurosos, poder salir de casa llevando prácticamente todo el pie al descubierto es muy tentador, sin embargo, a la hora de seleccionar el calzado del verano debemos tener en cuenta que algunos de ellos pueden provocar serios problemas en nuestras articulaciones. Es el caso de las chanclas.

Pese a que el presidente de una de las empresas más potentes de este sector, flip-flops, Brian Curin, asegura que este calzado “promueve un buen estado de salud mental” y que “es difícil estar de mal humor cuando se lleva unas chanclas”, lo cierto es que numerosos estudios señalan que abusar de ellas puede provocar lesiones como fascitis plantar y alteraciones a la hora de caminar.

Así, según datos del Instituto para la Prevención de la Salud del Pie de EEUU el 78% de los habitantes de este país, con más de 21 años, ha sufrido problemas en los pies y, apuntan, en gran medida se debe a este tipo de calzado.

¿Qué problemas pueden provocar? Según el informe elaborado por este organismo, aunque los pies fueron diseñados para caminar descalzos, lo fueron para hacerlo sobre superficies naturales de la tierra, como hierba, arena… Sin embargo, no están preparados para soportar el hormigón o el asfalto que encontramos hoy en numerosos paisajes.

Tal y como señalan, este tipo de superficies resultan “demasiado duras” para los pies descalzos y la suela de goma fina de la mayoría de estas chancletas hace poco por absorber adecuadamente el impacto que producen estos suelos.

Asimismo, este tipo de calzado proporciona poco soporte lateral lo que puede provocar cambios en la posición y con el tiempo, podría causar una mala postura, dolor en las rodillas, la cadera, la espalda o los tobillos.

Otro de los efectos negativos que puede ocasionar este tipo de calzado, según recogía la web Live Science, es la fascitis plantar, cuyo síntoma principal es dolor en el talón o en la zona media de la planta del pie, además de hinchazón y sensación de cansancio.

Según los expertos, el problema principal de este tipo de calzado no es tanto su uso, sino su “excesiva utilización”. Así que ya sabes, la próxima vez que vayas a salir de casa, no seas vago y ¡ponte unos zapatos en condiciones!