Cuando pensamos en hacer una dieta lo más común es centrar nuestra atención en qué comemos o dejamos de comer, pero a veces no nos damos cuenta de que el alcohol engorda, y mucho, concretamente 7 Kcal/g. De hecho, 4 de cada 10 personas ignoran que el alcohol engorda, según un estudio británico.

Con la llegada del verano, además, nos creemos que estando en la terraza del bar podemos beber lo que queramos, que "ya lo quemaremos" y, ni mucho menos es así. El alcohol es uno de los principales enemigos de las dietas.

Para que te hagas una idea, a continuación vamos a comparar comidas y bebidas para que sepas cuántas calorías estás metiendo a tu cuerpo.

Comparativa de bebidas con alimentos

Como verás, con esta comparativa es más fácil saber lo que estás ingiriendo realmente. Dato significativo el de la cerveza que, reconozcámoslo, entran fácilmente en verano y, sin embargo, por cada cuatro latas de cerveza es como si nos estuviéramos comiendo una hamburguesa completa, con su bacon, sus pepinillos, su queso y su ketchup.

Si lo que nos gusta es más el vino que la cerveza, una copa de vino equivale a dos galletas con trocitos de chocolate. Aunque, claro, uno siempre puede pensar que beber un vaso de vino es bueno para el corazón, y no le falta razón.

Con todos estos datos, tú verás si, en una cena comienzas tomándote unas latas de cerveza para "calentar", después te pasas al vino para acompañar a la hamburguesa o a la pizza y finalizas por todo lo alto con un gintonic o un mojito. Al día siguiente no deberías salir del gimnasio para quemar el atracón.

Síndrome del corazón en vacaciones

Por otro lado, hay que tener precaución con el "síndrome del corazón en vacaciones", como se llama el síndrome que se relaciona con el abuso del alcohol durante el verano.

Se trata de una arritmia supraventricular que se da generalmente en las aurículas y suele producirse en personas sanas, jóvenes y sin historia previa de arritmias, y cuyos síntomas característicos son palpitaciones, falta de aire, dolor torácico o mareo, según informa EFE.

Este síndrome está relacionado generalmente con un consumo de alcohol en exceso en temporadas claves del año como la Navidad, el año nuevo o periodos de vacaciones largos como el verano.