La forma de cocinar un alimento puede variar considerablemente el número de calorías que ingieras con el mismo. No es lo mismo cocinar con aceite de oliva que a la plancha, hervir que asar en el horno.

En “La cocina fit de Vikika”, sus autores, Verónica Costa y Juan Jesús Esteban, dan una serie de recomendaciones para cocinar con menos calorías:

1.- Para sustituir el aceite de un salteado de verduras lo mejor es “echar agua a la sartén cuando hemos salteado las verduras para una cocción más rápida y sin añadir calorías”, explican.  En caso de que eches aceite para freír, echa lo justo y, si puedes, distribúyelo con una servilleta por toda la sartén para evitar echar mucha cantidad.

2.- En el caso de las harinas, también prestan especial atención a los productos que nos venden empaquetados en las tiendas. Tanto la harina de avena como la de arroz integral y de quinoa es recomendable hacerla por nosotros mismos. El proceso es sencillo: comprar, por ejemplo, las hojuelas de avena común y pasarla por la batidora. Más natural y económico.

3.- Las salsas que echas en la comida son una auténtica bomba de calorías. Por ello, desde "La cocina fit de Vikika" recomiendan sustituir sus sabores por algo mucho más saludable y menos calórico: las especias. En el apartado dedicado a ellas, se hace hincapié en las distintas especias de diferentes partes del planeta y que pueden dar un toque especial a tu comida, como el ajo negro japonés, el cilantro, cardamomo, la sal del Himalaya o el Ras el Hanout árabe.

Otros consejos al margen de "La cocina fit de Vikika" pero que también puedes seguir para que no ingieras calorías de más a la hora de cocinar tus alimentos son estos:

1.- Sustituye unos alimentos por otros: ¿a que si te pones puedes cambiar la mantequilla por queso de untar light o el bacón por jamón? Son solo dos ejemplos de las sustituciones que puedes hacer en tu alimentación para ingerir alimentos con menos calorías pero con un sabor que te puede recordar al original. Es cuestión de acostumbrarse.

2.- Deja el azúcar para otro día: si estás acostumbrada a tomarte un café al desayunar, otro al mediodía y otro después de comer, y a todos los echas azúcar, por más que intentes perder peso lo vas a tener complicado. El azúcar es una fuente de alta concentración de calorías. Si consigues beber el café sin azúcar o con stevia notarás la diferencia en tu cuerpo.