Hay pocas dietas que no incluyan el plátano como pieza de fruta esencial para desayunos y meriendas. Estupendo, porque además de aniquilar la sensación de hambre se traducen en un aporte nutritivo de lo más completo.

Sin embargo, a todos nos ha pasado: sacas tu plátano a la hora del almorzar con el objetivo de saborear su dulce y saludable sabor y no hay forma humana de partir su parte superior para quitarle la piel si no tienes una navaja a mano.

Lo peor. Una vez lo consigues, a base de retorcer su rabo hasta hacerlo añicos, has aplastado toda la parte superior del plátano y se queda hecho una especie de masa.

Piensa un momento. ¿Con qué animal relacionarías un plátano? Exacto. Con los monos. Vuelve a pensar porque por muy desarrollados que tengan sus cerebros son pocos los que tienen acceso a un cuchillo de sierra para extraer el fruto de su gruesa y amarga piel. ¿Es que tienen más fuerza? No, simplemente los abren por el lado correcto.

Resulta que los simios pelan los plátanos por la parte inferior. Sin complicaciones. Les dan la vuelta, pellizcan el extremo negro por el que jamás se te habría ocurrido empezar, se abre dividiendo la cáscara en varias partes, y retiran la piel con total facilidad. Prueba su técnica a partir de ahora y déjate de líos a la hora de llevarte uno a la boca.

¿Te lo explico otra vez?

 

Runner: por qué deberías comer un plátano al día

Si en tus cinco raciones de frutas y verduras diarias –sí, amigos, las recomendadas siguen siendo cinco por mucho que te las saltes a la torera– incluyes un sabroso, dulce y saciante plátano, notarás los resultados de tu dieta en tiempo récord y rendirás mucho más en tus entrenamientos. Toma nota y déjate de barritas multivitaminas.

1.- Fácil de digerir: una ración –lo que viene siendo un plátano mediano de unos 100 gramos– contiene cerca de un 25% de hidratos de carbono que se traducen en azúcares (sacarosa, dextrosa y fructosa) y almidón.

Se trata de carbohidratos saludables de fácil digestión por lo que si te tomas uno antes de entrenar será la mejor forma de saciar tu apetito sin sentirte hinchado ni molesto durante la carrera.

2.- Hidratan: por mucho que se diga aquello de que ‘el plátano engorda’, lo cierto es que están formados mayoritariamente por agua. De hecho, por pastoso y denso que parezca, alrededor del 75% de esta fruta tropical es agua, lo que se traduce en el aporte necesario de líquido para nuestro cuerpo antes o después de entrenar.

3.- El fin de la retención de líquidos: su alta cantidad en potasio se contrapone con el poco sodio que contiene, lo que lo convierte en un alimento estupendo para controlar los problemas de hipertensión y, ahí está la clave, de retención de líquidos. Uno al día acabará con ese malestar y sensación de hinchazón ayudándote además a ir al baño con regularidad.

4.- El combo de nutrientes más saludable: con una sola pieza, estaremos cubriendo el 10% de nuestras necesidades diarias de fibra; el 18% de vitamina B6; el 15% de vitamina C; algo más del 10% de manganeso y potasio, y hasta un 7% del magnesio diario que tu organismo necesita para mantenerse activo y en forma.

5.- Evitan los calambres y contracturas: ¿cómo? Así es. Reconocido por su alto contenido en potasio, resulta que éste, junto con el magnesio, participan en la transmisión de los impulsos nerviosos y de las contracciones musculares, y lo hacen a través del sudor.

Si después de entrenar te tomas uno, evitarás lo dolorosos e incómodos calambres, las agujetas, y, además, repondrás los niveles de potasio que has perdido durante la carrera.