Llegada la época estival, la mayoría de gente (entre la que me incluyo) cambia la fruta y el yogur por el helado. ¿Hay mayor delicia que saborear un polo tras comerte una paella a la orilla del mar? Lo dudo. Sin embargo, no nos hemos pasado todo el invierno (y parte de la primavera) en el gimnasio para echarlo todo a perder en cinco minutos.

¿Qué es un helado?

Dejad de reíros porque esta pregunta no es cualquier tontería. De hecho, el Real Decreto 618/1998, de 17 de abril, los define como “preparaciones alimenticias que han sido levadas al estado sólido, semisólido o pastoso, por una congelación simultánea o posterior a la mezcla de las materias primas utilizadas y que han de mantener el grado de plasticidad y congelación suficiente, hasta el momento de su venta al consumidor”. Ojito con esto porque no hay que dejar que nos den gato por helado.

Esta definición es importante (no os la he puesto al tuntún) porque según la misma, los helados se dividen en cinco categorías, dependiendo de sus propiedades:

1. Helado: Contiene, como mínimo, un 5% de materia grasa y un 100% de proteína láctea.

2. Helado de crema: Contiene, como mínimo, un 8% de materia grasa láctea, 2,5% de proteína láctea y 13% de azúcares.

3. Helado de agua: Sin grasas ni proteínas lácteas, contiene 13% de azúcares.

4. Helado de leche: Contiene, como mínimo, un 2,5 % de materia grasa exclusivamente de origen lácteo y un 13% de azúcares.

5. Sorbetes: No contiene grasa ni proteína láctea, pero sí tiene, como mínimo, un 15% de fruta y un 13% de azúcares.

Aunque seguramente ya te hayas dado cuenta de que los que más engordan son aquellos con un mayor porcentaje de materia grasa, hagamos una clasificación más sencilla (con los nombres que te encontrarás en los chiringuitos) y con las calorías de cada uno de ellos. Comencemos.

- Polos

El helado de hielo de toda la vida. Al estar elaborado, en su mayoría, con agua su media calórica es de, aproximadamente, 70 calorías por 100 g/ml. Pero cuidado. Este valor solo se aplica a los sabores de frutas naturales. Si te pides un polo de horchata o cola, este llevará colorantes y mayor cantidad de azúcar.

- Bolas de helado

Elaborados con crema o leche, hay que tener cuidado con ellos. Una sola bola contiene entre 90 y 150 calorías. Vaya, que para eso te comes dos polos.

- Bombones helados

Son los helados cremosos recubiertos de una capa de chocolate sólida y que encontramos en versión almendrada, de chocolate blanco, negro… Son los reyes de las calorías. 340 calorías ingieres cada vez que te comes uno solo. Imagínate dos.

- Cucuruchos

El complemento perfecto de una bola de helado. En este caso a las 90-150 calorías de la bola, debes sumarle 40 calorías, mínimo, por la oblea del barquillo. ¿Moraleja? Las bolas de helado, mejor en tarrina.

A ver quién puede resistirse a esta trilogía.
A ver quién puede resistirse a esta trilogía. | PxHere

- Sándwiches

Aquellos que tienen parte de helado y parte de galleta o barquillo. Les pisan los talones a los bombones helados con 270 calorías por unidad.

- Yogur helado

Una de las sensaciones de los últimos años. Y sí, aunque está muy rico, hay que tener cuidado porque una tarrina normal aporta unas 120 calorías. Una cifra que aumenta si le añadimos los famosos toppings.

- Sorbetes

Al contener un 80% de contenido acuoso, son ideales para mantener la figura. Como los polos, su media calórica es de 70 calorías, aproximadamente.

Algunos ‘heladoconsejos’ saludables

Si después de leer esto no piensas probar un helado en todo el verano, tranquilo. Hay una forma más fácil y sana de refrescarte sin salir de tu cocina. Exprime frutas y mete su zumo en moldes de helado en el congelador. ¿Has visto que rápido te he solucionado el problema?

Si no quieres polos, prueba a hacer helados cremosos, pero mucho más naturales. Para eso utiliza queso light o leche desnatada, sustituye el azúcar por la canela y utiliza, como no, fruta fresca. Cero grasa, cero edulcorantes y colorantes, y cero gasto. Tu línea te lo agradecerá (y la de crédito también).

P.D: Degusta cualquier helado, a ser posible, por la mañana y antes de comer. Así tu cuerpo podrá quemar sus calorías. Tomarlo por la noche es decirle adiós a tu sixpack.

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