Como dice el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en su libro “Mi dieta cojea”, no existen los súper alimentos, no hay ninguno con propiedades extraordinarias sobre la salud excepto las frutas y las verduras. El término súper alimento es más una moda publicitaria que una realidad nutricional. Una moda que incluso puede traerte problemas si no sabes lo que estás comiendo.

Es cierto que la quinoa, la chía, el acaí, el kale o el aceite de coco son alimentos con propiedades nutricionales beneficiosas, pero ni mucho menos mágicas. Y el problema es que muchos de estos alimentos milagrosos pueden tener “efectos secundarios” o inconvenientes poco deseables. Toma nota:

- La mayoría de los alimentos que se anuncian como superfoods, como la chía o el aceite de coco, son de otros países y son buenos para sus habitantes, pero pueden no serlo tanto para ti. Como afirman los nutricionistas, lo ideal es consumir alimentos de proximidad y temporada. Es decir, si eres un habitante del Mediterráneo, para ti lo mejor son los alimentos propios de esta zona.

- Al tratarse de productos de lejanía, pueden sufrir un largo transporte e incluso ser recolectados antes de su maduración, lo que hace que sus propiedades nutricionales y su sabor se vean mermados. Nada como una fruta o una verdura de temporada y de tu tierra.

- Muchos de estos alimentos se cultivan en climas tropicales o cálidos y llegan a nuestro país en otoño e invierno, cuando nuestro organismo tiene necesidades nutricionales muy precisas. Es algo así como comer sandía en invierno en lugar de los cítricos típicos de la época.

- Por el boom que han experimentado, muchos de estos alimentos han comenzado a cultivarse en nuestro país, como la quinoa, perdiendo parte de sus propiedades nutricionales.

- Ciertas grasas consideradas superfoods y que en otros países son tan habituales como el aceite de oliva para nosotros, aquí no son aptas para cocinar nuestros platos ni recomendables para la salud.

- Muchos de estos súper alimentos no son propios de nuestra cultura, por lo que algunas veces el problema es que no sabemos prepararlos ni consumirlos adecuadamente, como el famoso té matcha, que en Japón tiene todo un ritual de elaboración.

- Algunos superfoods, como los que se presentan en polvo tienen que ser tomados en su dosis justa para ser efectivos y no provocar efectos secundarios, como el alga Chlorella o la Espirulina. Además, algunos de ellos no están ricos, por lo que seguramente no conseguirás incorporarlos en tu dieta.

- Para lograr los beneficios de algunos súper alimentos tendrías que tomarlos de forma muy frecuente o en cantidades muy elevadas, algo difícil de llevar a cabo si tu consumo se limita a unas bayas de Goji en el yogur o unas semillas de chía en el batido.

- Otro de los problemas de estos súper alimentos es que su moda ha disparado su consumo, multiplicando y hasta triplicando su precio respecto a sus países de origen.

Semillas de chía
Semillas de chía | Mumumío en Flickr cc

Ojo con estos súper alimentos

Como ves, aunque los llamados súper alimentos tengan propiedades beneficiosas e incluso pueda ser recomendable incluir algunos de ellos en nuestra dieta, no es oro todo lo que reluce. Aquí tienes los posibles efectos secundarios de algunos de los más conocidos, sobre todo cuando se consumen en cantidad excesiva:

- Maca. Esta hierba suele presentarse en polvo y es conocida por su poder energético. Sin embargo, la maca también puede producir insomnio, irritabilidad o diarrea. Está contraindicada para personas con problemas de hipertensión, diabetes, tiroides, embarazadas y durante la lactancia.

- Chlorella. Este alga ayuda a limpiar el organismo y tiene un alto contenido en hierro. Sin embargo, en dosis elevadas puede producir fotosensibilidad, aumento del ácido úrico, náuseas, malestar estomacal, gases, flatulencias o diarrea. También puede contener yodo, por lo que no es recomendable para personas con problemas de tiroides o asma.

- Té verde. Aunque tiene grandes propiedades antioxidantes, consumido en exceso puede provocar irritabilidad, nerviosismo o insomnio por su contenido en teína. También puede producir malestar estomacal si se consume con el estómago vacío y dificultar la absorción de hierro.

Su contenido en flúor puede resultar peligroso en grandes dosis al ser un potencial cancerígeno.

- Chía. Esta popular semilla, habitual en los smoothies, es rica en fibra y omega 3 y 6. Pero debe tomarse con abundante agua para no producir molestias estomacales. No es recomendable si tienes problemas digestivos, gases o diarrea. Tampoco está indicada en caso de medicación para la hipertensión o la diabetes.

- Espirulina. Es otra alga rica en hierro, micronutrientes y proteínas. Pero su consumo puede provocar sed y estreñimiento, por lo que debe tomarse con abundante agua. En exceso también puede producir molestias estomacales y picazón en la piel.

- Aceite de coco. Tomado de forma moderada no presenta problemas. Pero este idolatrado súper alimento aporta demasiadas grasas saturadas y calorías, lo que puede elevar el colesterol y el peso. En ningún caso debe sustituirse por el aceite de oliva y mucho menos utilizarse para cocinar o freír.

- Agua tibia con limón y cayena. Es la bebida antiaging por excelencia, a la que se le atribuyen propiedades casi milagrosas. Y es cierto que tiene muchos beneficios, pero no puede tomarse de forma continuada, sobre todo si tenemos el hierro bajo, ya que el exceso de limón puede desmineralizarnos.

- Polen. Este alimento vivo de la naturaleza es un auténtico regalo para nuestro sistema inmune y se ha convertido en el superfood estrella de muchos desayunos veganos. Sin embargo, puede producir reacciones alérgicas, por lo que su consumo debe introducirse de forma progresiva.

¿A qué carta quedarse? En primer lugar, en caso de embarazo o lactancia no es aconsejable tomar ningún superfood o alimento desconocido. Ante la presencia de alguna enfermedad hay que consultar a un experto antes de lanzarnos a consumirlos.

Para la población general la recomendación es incluir en la dieta aquellos que nos gusten y nos resulten beneficiosos, pero primando siempre las materias primas de temporada y región, que son los verdaderos súper alimentos.