Estés así o no, has de saber que lo que estás haciendo no es lo más saludable del mundo. No el hecho de leernos, obviamente, sino el de comer de pie. Y es que numerosos estudios han investigado acerca de los efectos que tiene sobre el organismo el comer de pie.

La primera consecuencia de comer de pie es que, inconscientemente, vas a comer más rápido, y eso está demostrado que no es nada bueno para tu cuerpo. En primer lugar porque, cuanto más rápido comes, menos te das cuenta de lo que estás comiendo, ya que a tu estómago no le da tiempo a enviar al cerebro la sensación de estar saciado, por lo que comes más y más.

En segundo lugar, comer de pie hace que tus músculos no estén tan relajados como lo podrían estar si estuvieras sentado en un taburete, un sofá o la silla de la cocina. Estás tenso/a, y eso al final produce que el estómago tampoco esté relajado, lo que puede provocar dolores a posteriori.

Científicamente, por si te interesa, lo que ocurre es que el cerebro da la orden de llevar más sangre hacia los músculos de las piernas por el simple hecho de estar de pie, por lo que hay menos bombeo hacia las partes que están directamente implicadas en la ingesta, como el tracto intestinal o el esófago.

Ahora bien, si quedamos entonces en que comer de pie es malo ¿cómo has de comer correctamente? Efectivamente, sentado. No obstante, cada uno se sienta como puede, no como debería. Influyen muchos factores a la hora de sentarse correctamente: desde la ropa que llevamos hasta las tensiones corporales que podamos tener.

Aun así, una posición correcta estándar para comer sería con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, la cabeza erguida y los pies en el suelo. Come lentamente, saboreando cada mordisco y, de esta manera, facilitarás la digestión de los alimentos y ayudarás al estómago.

No te preocupes si, después de comer, te entra sueño. Es algo típico (y no solamente de los españoles), y se produce porque la sangre se concentra en el estómago para hacer la digestión, y deja con menos fluido a otras partes del cuerpo. También el cerebro, por lo que te puedes sentir un poco adormilado.

Así que, ya sabes, la próxima vez que vayas deprisa y corriendo a comer en un bar, o en tu casa, y lo hagas de pie, piensa en todas las ventajas que tendría hacerlo sentado. Vas a tardar lo mismo, y tu cuerpo te lo va a agradecer infinito.