Como ya sabrás no se trata de comer menos para adelgazar, sino de saber combinar de manera adecuada los diferentes grupos de alimentos de la pirámide alimentaria (frutas, verduras, pan, pastas, cereales, etc.).

Olvídate de ceñirte a las dietas de moda que incluyen sólo un alimento, como la de la alcachofa, o la de la piña. Ningún alimento por sí solo te va a proporcionar las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente. Tampoco debes dejar de lado la importancia de llevar siempre una buena hidratación, ya que así eliminarás el exceso de líquido.

Ahora bien, dicho esto, seguramente ya te hayas planteado comenzar un estilo de vida saludable, pero a veces la rutina diaria nos lleva a comprar lo primero que vemos ya que no tenemos demasiado tiempo para pensar en una alternativa sana. Mal. Es mejor que el día anterior preveas lo que vas a comer mientras estás trabajando y, si puedes que te lo prepares para no caer en la tentación y las prisas.

Nuestro organismo necesita energía para funcionar correctamente, y una adecuada alimentación equilibrada es esencial para lograrla. No hace falta que te prives de tu comida favorita, pero sí es importante que encuentres el equilibrio perfecto entre la inmensa variedad de comida que tenemos a nuestro alcance.

Ahora sí, vamos a ver los nutrientes en los que te tienes que fijar a la hora elegir tu comida del día a día.

- Proteínas: Como ya sabrás (y si no, te lo cuento) son esenciales para mantener y desarrollar nuestra musculatura. Las puedes encontrar sobre todo en carnes rojas y blancas, huevos, pescado, y los productos lácteos. Además si eres vegano puede optar por los frutos secos y legumbres.

- Vitaminas: Se encuentra en la mayoría de los alimentos naturales. Así que si en tu dieta incluyes frutas y verduras, deberías tener el aporte suficiente. No olvides que las vitaminas más importantes son la A, C, D, y el complejo B.

- Hidratos de carbono: Pese a su mala fama, estos macronutrientes son los responsables del mayor aporte energético de tu cuerpo. Entre los alimentos donde más predominan son los cereales, patatas y boniatos, pan, arroz, pasta y azúcares. Eso sí, siempre que puedas elige las variedades integrales, ya que su alto contenido en fibra ayuda a reducir las grasas, el colesterol alto, y reduce la hipertensión.

- Grasa: Si los hidratos tienen mala fama, las grasas se llevan el primer premio. Pero debes saber que son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Entre sus funciones destacan la regulación de la temperatura corporal y facilitar la correcta absorción de las vitaminas.

Tienes que elegir las famosas “grasas buenas”, que se encuentran en alimentos de origen vegetal como los frutos secos, el aguacate, el aceite de oliva, o las semillas de girasol. Además, el pescado azul, como el salmón, atún, sardinas o la caballa son ricos Omega-3, unos ácidos grasos que ayudan a mantener la buena salud del corazón.

- Minerales: Componente esencial para el organismo y su desarrollo. Entre los más importantes destacan el hierro (aporta energía), calcio (para los huesos y dientes), sodio, potasio, yodo y magnesio. Para lograr la cantidad suficiente basta con tomar una buena cantidad de fruta, verduras, pescados y productos grasos bajos en grasa.