La fascitis plantar es la pesadilla de cualquier corredor, supone un desgaste del colágeno de la planta del pie que impide el apoyo correcto del talón y la amortiguación de las posadas con la consiguiente incapacitación y dolor para el deportista. Es de los daños más comunes, representando el 10% de sus lesiones.

"Entre los factores predisponentes, además del peso, la altura, la edad o las diferencias de longitud de las piernas, se ha de destacar la forma de la pisada, un factor determinante en los corredores. Una pisada inadecuada favorece y aumenta los microtraumatismos de repetición sobre la fascia plantar, provocando inflamaciones repetidas y, a largo plazo, un deterioro del tejido colágeno de la fascia. Por esta razón el tratamiento ha cambiado y se buscan terapias regerativas y no antiinflamatorias, y hoy ni siquiera en los casos más graves es necesario una cirugía invadida", expone el Dr. Villanueva, traumatólogo y director de Avanfi.

En casos leves, los tratamientos pasan por el estudio biomecánico de la pisada y la confección de un soporte plantar personalizado, aconseja el especialista como medida previa a la reparación y regeneración del colágeno de la fascia a través de técnicas como la electrolisis percutánea intratisular (EPI), el plasma rico en factores de crecimiento (PRFC), orthokine o las ondas de choque.

Sin embargo la fascitis, además de producir dolor, corre el riesgo de hacerse crónica en cuadros degenerativos, lo que convertiría la lesión en una fasciosis, y en estos casos hasta ahora se requería sí o sí pasar por quirófano... pero eso era hasta ahora.

"Las opciones clásicas han sido hasta hace poco la cirugía convencional abierta, con incisiones de 5-6 cm y gran disección de tejidos, o la cirugía endoscópica, con uno o dos portales de 1-2 cm de incisión", apunta el experto, entendiendo que estas medidas van acompañadas de un reposo obligado para la correcta recuperación del corredor.

La buena noticia es que ya existe una técnica que permite al paciente salir andando por su propio pie del centro hospitalario. Hablamos de una cirugía ultramínimamente invasiva guiada por ecografía, que ha supuesto una revolución respecto a los procedimientos antiguos, tal y como ha reconocido la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS).

Se realiza bajo anestesia local, con una mínima incisión de 1-2 mm y bajo control ecográfico, sin tener que abrir, explica el director de Avanfi que ha traído a España este nuevo método.

"El paciente no tiene que ingresar, la intervención es ambulatoria y permite el apoyo inmediato del pie tras la intervención. Reduce el dolor y el tiempo de recuperación de los pacientes, además de reducir el riesgo de trombosis o infección en pacientes con insuficiencia vascular u otros problemas circulatorios o en pacientes con diabetes", asegura Villanueva.

Promete precisión y una mayor seguridad en la intervención y resultados, además de permitir operar los dos pies a la vez por ser un procedimiento muy poco agresivo. Un lujo para los corredores con prisas.