Comenzar a correr puede llegar a convertirse en una auténtica adicción que nos lleva a cometer auténticas locuras que ponen en riesgo nuestra salud.

Pasamos de llevar una vida sedentaria a salir todos los días a correr, a hacer dobles sesiones de entrenamiento, a machacarnos a tiradas largas... Cuando nos enganchamos al running, nos cuesta parar, todo gira alrededor de este deporte, hasta nuestra vida social.

Somos incapaces de respetar los descansos necesarios para que nuestro cuerpo se recupere del esfuerzo y lo asimile y, tarde o temprano, aparecen las temidas lesiones o incluso peor, se nos quitan las ganas de volver correr, al menos durante un tiempo.

Y eso que la inmensa mayoría nos imaginamos corriendo durante el resto de nuestros días. Nos gustaría que nuestros nietos pudieran vernos correr una maratón o una media o presumir de abuelos runners y, sin embargo, buena parte de nuestra rutina deportiva nos lleva por el camino equivocado.

Esto es lo que NO debes hacer si quieres llegar a viejo y seguir corriendo por el parque

1.- Pasarte de frenada. Con el paso de los años, nuestro cuerpo se va resintiendo. Que si un achaque por aquí, otro por allá... Seguramente quieras correr un maratón todos los años, o dos o tres, pero piensa a largo plazo. Con esa carga de kilómetros sobre tus rodillas y espalda, tarde o temprano tendrás que dejarlo.

2.- No te recuperes de las lesiones. Está muy relacionado con el punto anterior. No damos un respiro a nuestro cuerpo y éste se puede quejar en forma de lesiones y cuando esto sucede tenemos que ponernos en manos de un profesional y seguir sus consejos. De lo contrario, la lesión se agravará o no terminaremos de recuperarnos lo que, sin duda, terminará por frustarnos. Más vale estar 'parado' un mes que arrastrar una lesión de por vida. Los corredores populares nos volvemos locos cuando no podemos salir a correr, así que lo mejor es buscar alternativas que nos permitan seguir haciendo deporte sin perjudicarnos.

3.- No trabajes la fuerza para evitar lesiones. Calzarse unas zapatillas no consiste única y exclusivamente en sumar y sumar kilómetros. Nuestro cuerpo debe estar fuerte para soportar los rodajes a los que le sometemos. Puedes trabajar la fuerza al aire libre (cuestas, gradas...) o en los aparatos del gimnasio. Y, aunque sean aburridos, no te olvides de los abdominales, evitarás muchos problemas de espalda.

4.- No alternes correr con otros deportes. Lo llaman entrenamiento cruzado. Si además de correr montas en bici, nadas, esquías o juegas al baloncesto con tus amigos, darás un respiro a tus articulaciones y, además, a nivel psicológico te vendrá bien cambiar el chip y no estar todo el día pensando en correr, correr y correr.

5.- Mátate a series y participa en todas las carreras del calendario runner. Realizar entrenamientos de calidad nos permitirá mejorar como corredores populares. Siempre y cuando, claro está, los hagamos correctamente, se adapten a nuestros ritmos y descansemos como es debido.

Sin embargo, no es obligatorio machacarse a series, fartleks o cuestas. Corremos porque nos gusta, ¿o no? Tampoco es obligatorio ni necesario que participemos todos los fines de semana en una carrera popular. Como si no queremos participar en ninguna.

Correr, tiene muchos beneficios para la salud: nos ayuda a mantenernos en forma, a no engordar, a desconectar del estrés diario y liberar tensiones, a llevar una vida mucho más saludable y plantar cara al sedentarismo pero ojo, en el momento que buscamos rendimiento, es decir, cuando le sometemos a duros entrenamientos para conseguir determinados objetivos, nuestra salud, tanto física como mental, puede resentirse. Así que no bajes la guardia.