El descanso posterior a un maratón no cuenta como barbecho. Ese descanso de, al menos, siete días, se da por descontado. Pero es que, además de ese, se debería hacer uno de forma natural.

¿Y cuál es el miedo del corredor, el cual no le deja elegir un período para parar? Perder la forma. Y es que aunque los maratones de otoño estén lejos, cuesta entender e interiorizar que hay que bajar el ritmo para poder subirlo y brillar, por ejemplo, en los 42,175 km de la Gran Manzana (Nueva York).

REDUCIR ENTRENO

Si venías corriendo de cuatro a cinco días a lo largo del año, una buena reducción sería dejarlos en dos. A lo sumo tres. O alternar semanas de dos y tres días. No es tan radical el bajón como parece si se combina con otras actividades.

CORRER UNA HORA

Primero, uno de los días no deberías rodar más de 60 minutos. Y siempre a un ritmo muy por debajo de tus posibilidades. Un segundo día debería estar orientado a hacer un rodaje muy suave de 10 minutos, completándolo después con series cortas.

Y si se llega a ese tercer día, lo ideal sería el no pasar de 35 minutos. Ya, que te costará correr tan poco y tan lento… Pues es lo que se debe hacer para permitir a los músculos recuperarse de la carga de todo el año.

ABDOMINALES Y GEMELOS

Además, deberías hacer ejercicios de fortalecimiento de abdominales y lumbares; también algo de gemelos: andar de puntillas, saltar un poco a la comba. Estos grupos de ejercicios no deberían coincidir, dentro de este período de descanso activo, con los días de correr. Los harás muy, muy rápido y a tu cuerpo no le costará nada.

PROBAR OTROS DEPORTES

Por último, conviene recordar que el verano es el momento ideal para probar otros deportes. Y no sólo hay que fijarse en los de fondo, como podrían ser bici y natación, que vendrían muy bien. No desprecies la posibilidad de jugar esa pachanga al fútbol, siempre y cuando sea amistosa y suave: lograrás trabajar músculos que corriendo casi nunca se suelen trabajar.

La idea de bajar el ritmo y cambiar de deporte no es sólo buscar un barbecho físico. Así, no os extrañará eso del cansancio mental. ¿A qué corredor no se le han quitado las ganas de correr, debido al cansancio o sobreeentrenamiento alguna vez en su vida?

Es fundamental llegar con todas las ganas del mundo al inicio de esas aproximadamente cuatro semanas de plan de entrenamiento de un maratón. ¡Ah! Y cuando se aproxime el día de empezar al plan, sube la intensidad del descanso activo. Que pasar de golpe a un plan duro no es lo más indicado. Canta conmigo, New York, New York.