Cuando uno tenía que ligar, lo crucial es que el discurso no quedara sepultado por la música del local ni desparramado por los efectos de la copa que uno sostenía en la mano. Eran otros tiempos, no tan lejanos, y el principal foro donde las parejas se aproximaban y modulaban sus ups&downs eran los bares de copas. O las fiestas de los pueblos. Nadie salía a ligar a un gimnasio ni a un grupo de entrenamiento.

Pero las cosas han cambiado. La avalancha del correr y sus actividades complementarias nos ocupan cada vez más tiempo. Además tiendes a rodearte de gente de tu edad, sea cual sea. Con el añadido que es gente rejuvenecida por el deporte. O sea, el caldo de cultivo ideal para ligar.

La pregunta es si ya ponemos por delante ese baremo. ¿Estás predispuesto a entrar a alguien por el hecho de que sea deportista como tú? Más aún. ¿Empezarías a ligar por los círculos relacionados con tu hobby?

Va en gustos. Es evidente que la variedad sigue siendo la tónica de la sociedad moderna. Seguiremos encontrando los que tiran por la calle de en medio y sencillamente van a internet a un ligoteo rápido y sexo posterior.

Muchos continuarán usando sus círculos laborales y conocidos de conocidos, en una apuesta menos arriesgada y con todo el entorno más controlado. Están los que seguirán pensando en el encuentro casual y los que dejarán que los trenes pasen por delante.

La novedad es que el culto al cuerpo lleva unos años comiendo terreno a las demás aficiones. Mientras que en 2009 el ‘sex appeal’ rondaba el duodécimo valor que los españoles buscaban en sus ligues (primeros, ya sabéis, honestidad, fidelidad, ser una persona abierta etc), la burbuja del correr saca horas de las agendas en 2015.

No te extrañe que preguntar, sudado como un pollo, a esa chica que hace estiramientos a tu lado, sea uno de los nuevos ‘must’ de conocer gente. Contad además que, con tanta insistencia en que correr nos convierte en gente sana (ejem), los mitos sobre los corredores echen humo.

Con la cantidad de publicidad en la que salimos alegres y correteando, qué segmento de la población no va a sentirse fresco y lozano. Activos, vibrantes, inasequibles al cansancio y con las arterias llenas de líquido circulante. ¡Nadie puede resistirse a los corredores! ¿Compensarán esos cacareados beneficios esas pequeñas rarezas del runner?

Recuerda que, por el contrario, estarás ligando con alguien un poquito obsesivo, con la peligrosa tendencia a hablar todo el día sobre carreras y ritmos, y a quien te costará convencer de que se vista bien y deje en casa el chándal y las zapatillas de competición.

Claro que, si solo salís a bares de corredores...