Esa fue la conclusión a la que llegó la doctora Sandra L. Siedliecki, investigadora de la Cleveland Clinic Foundation, en Ohio. Por eso no es de extrañar que los últimos kilómetros de un maratón, sean aderezados con canciones por sus participantes.

O que los organizadores intensifiquen la presencia de música, con altavoces o con bandas tocando en directo. Y no podemos olvidar que en los mítines de atletismo en los que se busca un récord, el público corea las canciones que el speaker le da por pinchar, algo que los atletas agradecen.

Hay estudios que relacionan directamente las ventajas de escuchar música mientras corres. Así, el de Robert Jan Bood, de la Universidad de Ámsterdam, obtuvo resultados clarividentes: Correr con estímulo acústico retrasa la fatiga percibida, fue el titular del mismo.

Esa ayuda sería similar a la que obtendrían otros deportistas de otras disciplinas. Por ejemplo, en el ciclismo, desde que se instaurase el uso del pinganillo intercomunicador siempre se dejó clara la prohibición de emitir música al pelotón desde sus coches.

Correr mientras escuchas música

Por un lado, por posibles distracciones con el riesgo de accidentes al recibir órdenes habladas, y por otro, precisamente, por el peligro de evadirse en exceso. ¿Y esto último no sería, en realidad, bueno en esos momentos tan duros de pedalear contra el viento o en rampas de más del 12%?

Volvamos al estudio de Bood. Pues bien, los investigadores que estuvieron involucrados vieron que “los corredores que corrían con metrónomo o con música motivacional ajustada a la cadencia de sus pasos retrasaban la fatiga y corrían durante más tiempo que los que corrían sin música, pero que correr con música no retrasa la fatiga respecto a correr con metrónomo.

Pero a intensidades submáximas, correr con música sí retrasa la fatiga. Parece ser que la música favorece trabajar a frecuencias cardíacas elevadas pero no máximas y correr con metrónomo es útil para entrenar a frecuencias cardíacas máximas”, según el blog Línea Meta, al hacerse eco del estudio.

Más que la música, pues, es el ritmo que toda música tiene lo que invita al movimiento.

“Droga legal de atletas”

En otro estudio, esta vez uno liderado por Costas Karageorghis en la Universidad de Brunel, se concluyó que escuchar música mientras corremos puede mejorar el rendimiento hasta en un 15%. “La música es la droga legal de los atletas”, ha asegurado en una entrevista al diario británico The Guardian, si bien esa legalidad la marca la legislación de las federaciones deportivas. Para la de Atletismo, por ejemplo, es ilegal.

Donde se muestra tajante el estudio de Karageorghis es en cuanto a la relación del uso de la música y el nivel de los atletas. “Cuanto más novato sea un corredor, más dependerá de la música”, afirma, a la vez que explica que mientras los profesionales tienen a concentrarse en sí mismos al correr, el resto de corredores son disociadores, es decir, que buscan evadirse mientras practican la carrera a pie.

En resumen: resulta evidente que correr con música ayuda a evadirse, y por tanto, aumentar el umbral de dolor. Y llevar un ritmo controlado, ayuda a dar lo mejor de uno mismo. Otra cosa es que el juez de turno te lo permita. No obstante, parece claro que si no eres profesional o no ganas carreras, las probabilidades de que te descalifiquen son muy, muy bajas.

Un consejo: memoriza canciones de distintos ritmos y tararéalas, de forma interna para no perder energía, en los momentos clave. ¡Tu doping musical será invisible!