"Hasta los 12 años no se alcanza cierta madurez en la manera y postura requeridas para correr, no se está preparado psicológicamente para este esfuerzo y la inmadurez corporal puede propinar lesiones", nos cuenta el Dr. Ubaldo Peñalba, Jefe del Servicio de Traumatología del Hospital La Milagrosa.

Hasta entonces, correr debe considerarse solo un juego, sin que el factor esfuerzo intervenga, entre otras cosas porque sin diversión existe el riesgo de que abandonen para siempre esta actividad. Para iniciarse en el running, con una rutina y entrenamientos marcados, el experto aconseja seguir unas normal generales:

- Hasta los 8 o 9 años no deberían realizar carrera continua superior a 2 kilómetros, ni repetir más de 2 o 3 sesiones de entrenamiento a la semana.

- Con 11 a 12 años, ya en la pubertad, se puede ampliar la carrera a 3-4 kilómetros, llegando a los 8 kilómetros a los 16 años.

Es entonces cuando los niños y jóvenes estarán preparados para adquirir buenos hábitos físicos y conceptos de técnica de carrera.

Respetando los deseos de los chicos y sus capacidades, el running supone muchas ventajas, pues es a esas edades cuando se empieza a interiorizar la importancia de adquirir costumbres saludables que perdurarán el resto de sus vidas.

Además, asegura el traumatólogo "correr reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad, protege de enfermedades crónicas, mejora el sistema cardiovascular y respiratorio y fortalece la musculatura y las articulaciones".

En plena pubertad o adolescencia también hay que destacar el efecto protector en cuanto a la salud mental, ya que eleva la autoestima y ayuda a la sociabilización del menor.

Como en adultos, las ventajas son numerosas pero también existen los inconvenientes, siendo "el más frecuente que se produzcan lesiones cuando se fuerza la intensidad o la distancia sin adecuarse a la capacidad y desarrollo físicos del menor", advierte el Dr.Peñalba.

Para evitar lesiones, el menor debe estirar siempre antes de comenzar la actividad y debe equiparae adecuadamente.

El calzado es esencial, así como igual de importante es hacer previamente un estudio de su pisada.

Lo importante es reconocer la madurez física y mental del niño y adecuar el entrenamiento a su capacidad. A partir de ahí, lo mejor es seguir estos consejos del especialista:

1.- Predicar con el ejemplo, si los hijos ven que sus padres disfrutan con este tipo de deporte se interesarán por él.

2.- No hay que forzarles, es importante que en los inicios lo vean casi como un juego, como algo placentero.

3.- Practicar al aire libre es un buen método para disfrutar, además, de la naturaleza.

4.- Es importante elegir el vestuario adecuado y, más aún, adaptar las condiciones de la carrera a las condiciones físicas del menor. Iniciarse en este deporte con excesivo frío o calor, puede desalentarles.

5.- Es imprescindible seguir una dieta sana y equilibrada y mantener una buena hidratación.