La cara A-mor

Qué bonito es tener pareja, estar felizmente enamorado y poder celebrar cada 14 de febrero la fiesta del amor sorprendiéndole con un plan romántico por todo lo alto y gastándote los ahorros de medio año ya sea haciendo juntos una escapadita de fin de semana a París, la ciudad del amor, regalándole algún anillo de zafiros y diamantes o degustando una cena para dos a la luz de las velas en uno de esos restaurantes de cuyos fogones brota alguna estrella Michelin.

Si tu economía no te permite hacer grandes dispendios existe otra alternativa. Eso sí, bastante más austera y menos ‘cool’ que la anterior, lo cual no significa que quieras menos a tu media naranja. Me refiero a obsequiarle –a ella o a él- con el típico ramo de flores, una caja de bombones o un conjunto de ropa interior sexy con estampados de leopardo. Cualquiera de los tres es un detalle muy ‘apañao’ que casi nunca suele fallar como regalo el día de San Valentín.

La cara B-oicot

No quieren oír hablar de Cupido. Algunos porque están solteros o bien divorciados y no les queda más remedio que ignorar ese día por completo; otros porque consideran que el amor no es cosa de flechazos puntuales, sino que hay que regarlo a día a día, con detalles cotidianos.

No solamente el 14 de febrero, tirando de tarjeta de crédito y agasajando con regalos a tu pareja como si no hubiera un mañana. Creen en muchas cosas, pero no precisamente en el día San Valentín, una celebración que consideran consumista y empalagosa.

Como respuesta a este triunfo del marketing, en esta cara B, la del boicot al día de los enamorados, un grupo de ‘no creyentes’ se junta desde hace cuatro años cada 14 de febrero para celebrar su particular fiesta anti San Valentín. Huyen, esquivan las flechas del amor que lanza Cupido corriendo por las calles de Brooklyn (Nueva York) y refugiándose en algunos de los pubs más emblemáticos de este distrito para beber unas cervezas, echarse unas risas y reponer fuerzas antes de continuar con su boicot runner.

El número de saboteadores que pueden inscribirse en el Boycott Valentine Day Pub Run está limitado a 100 corredores. Cualquier persona puede participar en esta divertida carrera con independencia de su estado civil: soltera, casada, separada, divorciada, viuda, etc.

Los dos únicos requisitos para poder disfrutar de este evento alternativo que parodia la fiesta del amor son: haber cumplido 21 años y pagar los 27 dólares que cuesta la inscripción.

Con tu dorsal tendrás derecho a tomar una consumición en cada bar, además de poder participar en algún que otro sorteo de Brooklyn Running Company, la tienda deportiva que lo organiza. Se me olvidada. Hay un tercer requisito: Odiar a muerte a Cupido.