Todos los corredores hablamos siempre de lo chulo y lo que mola salir a correr. Que si endorfinas a tope, que si te evades de los problemas, que si te ayuda a cuidar la línea, etcétera, etcétera, etcétera… Pero no siempre salir a correr es tan molón. Hay días que te ‘tocan’ entrenamientos que no se los desearías a tu peor enemigo. Son, los entrenamientos de la muerte.

Estos que voy a describir a continuación son las sesiones de entrenamiento que menos me gustan y también las que menos les gustan a algunos corredores que conozco. Ojo, puede que alguno de vosotros si disfrutéis con ellas. Si es así, no os alarméis, cada uno disfruta de lo que quiere. Eso sí, admitir que sois raros, no pasa nada. De todas formas os seguiremos queriendo igual.

Las cuestas

Yo ODIO las cuestas. Sí, las odio. Es leer que me toca hacerlas y tener mal cuerpo todo el día. A veces hasta se me quita el hambre (muy rara vez, lo confieso). Su propio nombre ya te da pistas de que bien, lo que se dice bien, no lo vas a pasar. Cuesta. Más claro imposible. Pues eso, que cuesta hacerlas, y muchas veces cuesta un huevo y la yema del otro hacerlas. Sube, baja, sube, baja… y así las veces que el sádico de tu entrenador haya tenido a bien poner en tu planning.

Las series

Venga va, haced el chiste. “Pues a mí ‘Juego de Tronos’ y ‘Breaking Bad’ me gustan. ¡Y a mí ‘Verano Azul’ no te jo….! Pero no son esas series de las que estoy hablando, amigos, no, son otras muy distintas. Son esas repeticiones de una distancia o un tiempo determinado que tenemos que hacer algunos días. Mil metros, quinientos, doscientos, dos kilómetros… Las hay de todos tipos, colores e intensidades. Personalmente ‘me encantan’ (modo irónico activado) las que tienes que hacer a tope, yo las denomino ‘series a cojón sacao’. Hay algunos corredores que se las toman tan en serio que acaban vomitando cuando acaban una de estas series. ¿Son o no son adorables las series?

La tirada larga

Llega el domingo, miras el cuadro de entrenamiento y la ves allí, tan chula, tan orgullosa ella: la tirada larga. Es un entrenamiento que te sirve para coger fondo de cara a una carrera de cierta distancia. Y puede ir desde los catorce o quince kilómetros a los treinta o treinta y alguno, dependiendo de lo que estés entrenando. Y uno, a veces, no sabe por dónde cogerla. Pereza máxima de correr solo durante un par de horas sin más sonido que tus pisadas y tus resoplidos cual búfalo del Serengueti. Acabas con dolor de ‘patas’ y con un hambre que recuperas en treinta minutos lo que has gastado en ciento veinte. Lo mires por donde lo mires, la tirada larga es un ‘petardazo’ de cuidado.

Entrenamiento de fuerza

Esto ya si es el colmo. ¿Entrenamiento de fuerza? ¿Pero esto qué es? A ver, que a mí lo que me gusta es correr. Nadie me había contado que eso de hacer sentadillas, abdominales, multisaltos o ir a levantar hierros y mover máquinas a un gimnasio iba incluido en el pack del buen runner. Lo dicho, si lo llego a saber, me hubiera dedicado a la petanca. ¡Hombre ya!

Si has llegado leyendo hasta aquí, espero que hayas captado el tono irónico con el que he escrito este post. Es muy posible que si ‘odie’ alguna de las cosas que he descrito. Pero una cosa es segura, si además de simplemente correr, quieres mejorar y alcanzar algún objetivo, tendrás que ‘sufrir’ estos entrenamientos. Te harán mucho mejor corredor.

A ti, ¿cuál es el entrenamiento que peor te cae?