Seguro que más de una vez has oído a algún abuelo decir que la humedad le daba dolor en los huesos, o incluso se aventuraba a predecir la llegada de la lluvia porque le dolía la rodilla. También puede que tú mismo hayas tenido esa sensación. Sin embargo, que sepas que según un estudio de la Universidad de Harvard en Cambridge (EE.UU.), esa idea parece aproximarse más a una leyenda urbana que a la realidad. “No hemos visto ninguna correlación entre la lluvia y las visitas al médico por un dolor articular o de espalda. Así que la conclusión es que el dolor de articulaciones o espalda es muy poco fiable a la hora de pronosticar el tiempo”, afirma Anupam Jena, director de esta investigación que se ha publicado recientemente en la revista The Bmj.

Para llegar a esta conclusión, los autores llevaron a cabo un arduo trabajo de cruzar datos: por un lado los de las más de 11 millones de consultas médicas solicitadas por alrededor de 1,5 millones de personas mayores entre los años 2008 y 2011, y por otro, los de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). ¿El objetivo? Comprobar qué tiempo hacía en cada una de las visitas.

De este modo pretendían descubrir si los pacientes con dolores en las articulaciones o en la espalda acudían más al médico los días de lluvia o cuando el temporal ya había amainado, además de comprobar si los pacientes que acudían a consultas por otros motivos se quejaban más de sus articulaciones y espalda cuando el clima era más inestable. Además, querían ver qué era lo que ocurría cuando la lluvia duraba varios días seguidos y si en ausencia de ésta los pacientes diagnosticados de artritis reumatoide experimentaban menos dolor.

El resultado fue que un 6,35% de las consultas por dolor en las articulaciones o en la espalda se produjeron en días de lluvia. ¿Te parece un dato relevante? Tal vez cambies de opinión cuando te digamos que sin embargo, hasta un 6,39% de las visitas al médico por estas causas se produjeron cuando no llovía.

En definitiva, viendo que no existe una gran diferencia entre los datos y teniendo en cuenta la amplitud de la muestra, podría confirmarse que no hay relación entre climatología y dolor articular.

Pero entonces, ¿por qué está tan difundida esa creencia? Según afirma Jena porque “el cerebro humano es bueno encontrando patrones y esta creencia se autoalimenta constantemente. Si uno espera que su rodilla duela cuando llueve y no lo hace, se olvidará de su dolor. Pero si le duele, entonces le echará la culpa a la lluvia y registrará la relación en su mente”.