El fenómeno del running gana cada día más adeptos. Entre las posibles explicaciones de por qué engancha tanto correr encontramos varias:

1.- Se trata de un deporte relativamente barato –el mayor desembolso para practicarlo con ciertas garantías para evitar lesiones son unas zapatillas de running medianamente decentes.

2.- Por otra parte, ofrece una flexibilidad horaria sin parangón, pudiendo ejercitarte cualquier día y a cualquier hora, o tal vez sea el aliciente de participar en carreras populares e ir batiendo marcas personales.

Independientemente de cuál sea la razón o el conjunto de razones que motivan a cada persona, es irrefutable que cada vez es mayor el número de runners que pueblan las calles de las ciudades.

Si la última vez que corriste fue durante la clase de educación física en el colegio o el instituto, te adelanto que el retorno puede ser un poco agotador. El cuerpo tiene memoria y la inactividad se paga. La mayoría de la gente que empieza o vuelve a correr pasado un tiempo, lo hace con intención de bajar esos kilos de más acumulados en su cuerpo.

Al principio, mientras corres tus primeros kilómetros, la experiencia se torna en sufrimiento, fatiga y dificultad a la hora de respirar. Sin embargo, esta sensación un tanto desagradable va virando a placentera a medida que transcurren los días y salir a correr ya forma parte de tus hábitos de vida.

El running, un deporte que engancha

Si algo tiene esta actividad física, que empezó a crecer como la espuma a raíz de la crisis desatada durante los años 2008 y 2009, es su enorme capacidad para enganchar a la gente que la practica.

Un deporte como el running no requiere de una planificación previa, ya que siempre puedes sacar un rato para salir a correr. Tampoco es necesario tener dinero a raudales para poder practicarlo. Basta con una mínima inversión económica para empezar a sumar kilómetros en tus piernas.

Por otra parte, es un deporte que se puede disfrutar tanto de forma individual como colectiva. Además, las mejoras se notan en muy poco tiempo. Cada día te ves un poco más ágil, las piernas ya no te pesan tanto, te sientes mucho más ligero y vas mejorando tiempos.

Esto es algo que anima a la gente porque ve que progresa a una velocidad de vértigo. Si además de todo lo anterior, añadimos que gracias al running bajamos algo de peso, y además, te ofrece la oportunidad de hacer nuevas amistades… ¿Dónde hay que apuntarse?

Correr es como una droga

El simple acto de salir a correr es sumamente placentero porque liberas endorfinas (responsables de tu bienestar), mejora tu autoestima y es una excelente manera de tener una buena salud mental –algunos estudios afirman que ayuda a combatir trastornos depresivos-. Después de trotar un poco, te sientes bien contigo mismo. Es una sensación gratificante, satisfactoria, como una especie de ‘trabajo bien hecho’.

Un elevado porcentaje de runners afirma que al principio resulta duro, pero llega un día en el que de pronto, correr se convierte en una actividad necesaria en sus vidas. Una especie de droga deportiva y amable que si por algún motivo, por ejemplo una lesión, no pueden llevarla a cabo, la echan mucho en falta.

Por ello, algunos y algunas dicen que el running no es un deporte, sino más bien un estilo de vida, que les hace inmensamente felices a quienes lo practican.