Algunas personas tienen un cepillo de dientes casi por castigo. Es más, meses después de estrenarlo, sus cerdas están prácticamente igual de nuevas que el primer día debido a su nulo o escaso uso. Podríamos aseverar que el cepillo de dientes es un mero elemento decorativo en su cuarto de baño.

Por ello, si ya de por sí una boca con una higiene deficiente estéticamente da repelús a cualquiera que la vea, ahora te desvelamos otro motivo más por el que deberías preocuparte y empezar a cuidar tu salud bucodental, especialmente si practicas running o cualquier otra actividad deportiva, ya sea a nivel amateur o profesional.

Muchos corredores planifican meticulosamente sus sesiones de entrenamiento y periodos de descanso, procuran comer de una manera sana y equilibrada, se someten a pruebas de esfuerzo cada cierto tiempo, se hacen chequeos médicos periódicamente, etc.

Todo ello, está fenomenal, pero y si te dijera que las bacterias presentes en tu boca ‘viajan’ por todo el organismo a través del torrente sanguíneo depositándose en músculos y articulaciones, ¿cómo te quedarías? Varios estudios han demostrado que las infecciones bucodentales influyen de forma directa y negativa en el rendimiento físico de un corredor, pudiendo acarrear lesiones musculares y articulares.

Por una parte, la deshidratación que se produce como consecuencia de la realización del ejercicio físico provoca una disminución a la hora de generar saliva. Si a esto añadimos que la composición química de la misma cambia cuando haces deporte, volviéndose la saliva más alcalina, ello conlleva un incremento del número de bacterias (placas de sarro) en los dientes del runner. Por otro lado, el consumo de suplementos y geles energéticos, ricos en glucosa para combatir el cansancio, y la ingesta de bebidas isotónicas con un PH bajo, aumenta el riesgo de la aparición de caries.

Por todo ello, cualquier persona que realiza deporte con una cierta asiduidad es más propensa a padecer enfermedades bucodentales, debido a la destrucción de los tejidos dentales como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana. Además, en caso de lesión, el tiempo de recuperación de un corredor que sufre una infección bucodental es mayor -requiere que el torrente sanguíneo carezca de bacterias-.

Recomendaciones

Dedicarle el tiempo suficiente para lavarse de manera correcta los dientes después de cada comida es solamente el primer paso si quieres gozar de una buena higiene bucal. El empleo de un hilo o cinta dental después del cepillado se antoja fundamental para eliminar los restos de comida que se quedan encajados en los espacios interdentales.

Con ello, lograrás disminuir el riesgo de proliferación de bacterias en tu boca (sarro y/o caries). El último consejo, pero no por ello el menos importante, es acudir al dentista una o dos veces al año con el fin de que pueda realizarte una exhaustiva revisión y, al mismo tiempo, hacerte una limpieza bucal cada seis meses.