Que no les gusta, que se sienten ridículos, que eso es cosa de chicas... ¡Cuántos argumentos se les ocurre para negarse a aprender a bailar! Pero lo cierto es que, cuando se animan, los hombres suelen engancharse mucho más que las mujeres, y es que las ventajas de esta afición son muchas y muy interesantes. Aquí van cinco de las principales motivaciones que tiene un hombre para abandonar la pereza y salir a mover el body.

1. Acorta distancias
No es una ciencia exacta, pero las estadísticas y la evidencia social nos muestran que, a casi todas las mujeres, nos encanta bailar. Una actividad que despierta tanto quórum entre el género femenino merece, como mínimo, la consideración y atención de los hombres. Aprende a bailar porque de pocas formas podrás compartir buenos ratos con todas las mujeres de tu vida, independientemente de su edad y parentesco.

Aunque ligar no es el fin de aprender a bailar, lo cierto es que bailando bien las posibilidades de conquistar a una mujer aumentan considerablemente. Un hombre que baila se muestra seguro de sí mismo, tiene que tomar decisiones rápidas y en apenas unos minutos puede demostrar actitud y cualidades, sin que su físico sea lo más importante. Si esos bailes, además, son en pareja, se acortan las distancias y se rompe el hielo mucho más fácilmente. Si te gusta una chica, sólo tendrás que acercarte y sacarla a bailar, sin que haga falta ninguna excusa.

2. Ponte en forma sin esfuerzo
Bailar es una actividad aeróbica perfecta para mantenerse en forma sin apenas darse cuenta. Los hombres que dedican alguna que otra hora al baile ven como en poco tiempo mejora su capacidad pulmonar, su resistencia física, así como el tono muscular, la coordinación y la corrección postural. Combinado con cualquier otro deporte, bailar es el comodín perfecto para tener un cuerpo armonioso y en forma.

3. Mejora la autoestima
Por suerte o por desgracia no todos nacemos con un físico espectacular, así que trabajar en nuestra personalidad y en otro tipo de valores puede marcar la diferencia. Bailar es una actividad en la que el físico y la edad no importan nada… por lo que es muy fácil que la autoestima y la confianza en uno mismo aumenten a medida que vamos aprendiendo a movernos con soltura. Tal vez no lo sabes pero llevas un gran bailarín dentro de ti deseando salir a la luz.

4. Una nueva forma de ocio
Bailar es mucho más que un hobbie o una actividad física. Tiene tantos seguidores que, hoy en día, es una forma perfecta de ocio. Es barato, hay cientos de opciones, estilos, ritmos, lugares y personas con las que podrás compartir la actividad, casi en cualquier lugar del mundo. Se conoce gente de todo tipo de una forma fácil y natural, y sin barreras idiomáticas porque todos hablan el lenguaje del cuerpo y de la música.

5. Despierta tu mente
Aunque a priori bailar pueda parecer algo eminentemente físico, la actividad de nuestro cerebro en determinadas disciplinas, sobre todo bailando en pareja, se multiplica. La cabeza es la encargada de dar órdenes al cuerpo, de elegir el ritmo, los movimientos y de conducir y guiar a la otra persona, lo que lo convierte en una actividad beneficiosa tanto para aumentar la memoria como para reducir el riesgo de padecer enfermedades como la demencia senil o el Alzheimer.