Cada año son más los que se unen a los distintos encuentros que se celebran en varios puntos del planeta para disfrutar de un 'reposo adrenalítico'. ¿Imposible? No cuando veas en qué consiste: suspenden su campamento a cientos de metros de tierra firme y practican el slackline, una actividad parecida al funambulismo, en la que una persona trata de caminar sobre una cuerda floja.

Esta disciplina se comenzó a practicar en California en los años 80 y ha ido evolucionando y se ha expandido por todo el mundo. La práctica se ha hecho popular en los últimos años entre los amantes de los deportes de montaña que han creado una variante del mismo llamada 'highline' y que consiste en caminar desde una montaña a otra sobre una cuerda de unos 2,5 centímetros.

A raíz del éxito que ha tenido el deporte han surgido encuentros anuales en entornos de gran belleza como el monte Piana o el desierto de Moab. Allí, suspendidos en las alturas, los participantes construyen, a modo de telas de araña, coloridos campamentos en el que desarrollan todo tipo de actividades, como el salto BASE, y donde incluso se dedican a reposar tranquilamente en sus hamacas

Entre tanta liberación de adrenalina, como en todo buen festival, también hay tiempo para los que desean practicar otras actividades como el yoga, disfrutar de conciertos al aire libre o tomarse algo en el bar que se improvisa para la ocasión.

Si te ves con el equilibrio suficiente como para participar en estos eventos, la inscripción ronda los 30 euros por tres días e incluye el acceso a los diferentes trazados, tienda de campaña, desayuno, seguro para el conjunto de eventos, cuchara, tenedor, cuchillo , taza, y una camiseta de reunión highline.

Eso sí, seguimos sin tener muy claro cómo lo hacen para ir al baño todos estos materiales.