Te habrá pasado alguna vez, seguro: estás en medio de tu entrenamiento, vas a tope con la mejor playlist de todos los tiempos que te has preparado y se te acaba la batería del MP3, MP4, móvil o cacharro vario que lleves encima.

Bien, ese problema que es un mal común en los gimnasios podría tener los días contados si el invento en el que están investigando en la Universidad de California, en San Diego, obtiene buenos resultados, y de momento parece que sí.

En un primer momento, los investigadores crearon un nanochip que se sitúa en una especie de tatuaje y se pega a la piel. El objetivo inicial era medir los niveles de lactato en sudor que generaba el individuo que lo llevara mientras está haciendo ejercicio.

El lactato es importante tenerlo controlado porque el 30% de la glucosa que se utiliza durante el ejercicio proviene de él. Además, saber cuánta cantidad de lactato estamos generando en cada momento puede dar al deportista unas pautas muy interesantes sobre cómo está entrenando o cómo puede mejorar el entrenamiento.

biobattery-tattoo

Sin embargo, los investigadores se dieron cuenta pronto de que ese tatuaje en la piel podía tener otro tipo de funcionalidad, como la de generar energía, o biofuel, como lo han llamado, mediante la bioquímica de la epidermis humana.

El tatuaje tiene forma de las letras UC, acrónimo de 'Universidad de California', y su funcionamiento es complejo pero esperanzador: en la U se ubica una enzima que elimina electrones a partir de lactato, mientras que en la C reside una molécula que acepta los electrones. La reacción entre una y otra hace que se genere una pequeña corriente eléctrica.


Precisamente, en este caso estar en forma no es sinónimo de poder llegar más lejos, puesto que en el estudio con el que acompañaron la investigación, se percataron de que las personas que presentaban una peor forma y, por tanto, comenzaban antes a sudar, generaban más energía que las que rompían a sudar más tarde.

Según los propios investigadores, en el tatuaje actual, de 2x3 milímetros solo se pueden generar unos 4 microvatios,  que no da siquiera para mover el mecanismo de un reloj, por lo que el reto está ahora mismo en poder hacer más grande los tatuajes y poder generar algo más de energía para recargar móviles o baterías de biofuel.