Todo queda extremadamente lejos. Aquellos primeros días de extender los entrenamientos diez, quince minutos más. Los nervios de acomodar los medios maratones a meros entrenamientos. El paso a la categoría de ‘los mayores’. Pero todo termina y, bien en Barcelona, Sevilla o Madrid, estamos sin objetivos.

Las preguntas son evidentes: ¿no corro un maratón más en mi vida? ¿ahora debería pasar a correr dos maratones seguidos? ¿debo quemar el libro de cómo ser finisher porque no era para tanto?

Además, en las distintas ferias de las carreras a las que acudiste, aprovechaste para coger folletos de maravillosos destinos maratonianos. Y estás pensando si hacer coincidir con las vacaciones de verano alguna de esas carreras. CorreryFitness se convierte de nuevo en un servicio público y te echamos una mano.

Consejos hay de todos los colores. Si eres de los más duros, a la par que inconsciente, tienes la solución ‘Soy imparable. Dadme más madera’. Existe una base científica del entrenamiento que suele ofrecer al corredor un caramelo al que pocos se resisten.

Podrías aprovechar que tienes un volumen muy bueno de kilómetros para preparar carreras más cortas. Es como decir que parte del entrenamiento lo llevas hecho. Y que afinando un poco te sentirás como superman. Solo lo recomiendo a corredores muy expertos y que no corran riesgo de lesionarse por seguir dando cera a su organismo.

Pero quizá los corredores expertos no entren a leer estas columnas. Para los más conservadores o quienes pasan por esto como un entretenimiento entre muchos otros, hay otra opción: date un mes de vacaciones totales. Este te gusta más, ¿eh, ladronzuelo?

Verás: aunque has hecho las cosas muy bien, no has sufrido innecesariamente y terminaste tu maratón pletórico, el cuerpo se ha estado exprimiendo. No solo el día D, con sus cuarenta y dos kilómetros y trozo.

Han sido entre seis y doce semanas de carga intensa. Quizá has notado algunos días que moqueabas más de lo normal. Otros era un cansancio normal y, alguno, un pelo preocupante. Echabas la culpa al palizón previo al maratón. Estabas en lo cierto. Date unas semanas sin correr. Aunque el cerebro pida su dosis. Que se calle. Distráele con vídeos de gatitos.

Un tercer consejo: tírate al monte como los bandoleros. Ni eres de los más bestias ni te sientes con argumentos éticos para dejar el ejercicio durante un mes. O simplemente quieres atacar la operación bañador convencido de tus fuerzas.

Pues bien, en la montaña se corre muy a gusto. En la montaña, si hay una cuesta y echas a caminar, nadie dirá que menuda birria de runner eres. Se está más fresco. Si asciendes lo suficiente verás cabras monteses, rebecos y nieve.

Y, para que nada quede sin atar, durante toda la primavera y verano se organizan los famosos trails. Que no es más que las mismas carreras a las que has acudido durante el año pero en un formato más natural y menos masificado. Solamente hay que empezar poco a poco, con muchísima prudencia y contando siempre con el material adecuado.

¿La bicicleta es una opción? ¿La natación en aguas abiertas o de travesía? También. Pero dependerá del tiempo con el que cuentes. El fondo que has adquirido es útil y la pasión que desbordas la mejor herramienta. Hay un factor que quizá debas pulsar en tu casa. ¿Están dispuestos a extender el crédito de “paciencia con el runner” a una temporada ampliada?

Cuéntanos cómo va.