Es evidente que el triatlón es un deporte al  alza en los últimos años, y en pruebas como estas, el número de inscritos alcanza los casi 1.000 participantes, entre las categorías de grupos de edad y la categoría élite. En este caso, las distancias: 1900 metros nado, 90 km natación y 21 km de carrera a pie por el antiguo cauce del río Turia, convertido ahora en un parque realmente bonito.

Esta vez, a modo de experimentar y aprender de las más grandes, participé en la prueba dentro de la categoría élite, con el fin de ver cómo una está realmente. Menudo debut.

El día previo, la peor de las previsiones meteorológicas, entraba una fuerte ola de calor en la península, a la que habría que añadir el grado de humedad de la terreta valenciana.

Fue tal el calor de los días previos, que el propio día de la prueba, a las 06:00 am, comunican que no se puede hacer uso de neopreno, con una temperatura del agua de 25 grados, realmente buena, si bien ya era algo con lo que contábamos.

Salida al amanecer realmente espectacular. Todos los triatletas en la Playa de la Malvarosa impacientes por escuchar el bocinazo de salida y echarnos al mar. Aguas tranquilas, temperatura perfecta, en la que los primeros élites marcaron unos tiempos realmente espectaculares saliendo del agua entre los 19 y los 23 minutos.

Me despisté de referencia en los metros finales, lo que provocó que hiciese algunos de más, pero había que pensar en el siguiente segmento de la prueba. Tras una larga transición desde la orillas hasta zona de boxes, la gente se acercaba a animarnos, esto pintaba muy bien.

El segmento de bici, (el cual revisé el día anterior) era muy rápido, donde los élite llegarían a alcanzar velocidades de hasta 45 km/hora según nos dijeron en la charla técnica la tarde previa. Recorrido a una sola vuelta que partía de la playa de la Malvarosa hasta adentrarse en la pequeña sierra valenciana, pasando por zonas realmente arboladas y preciosas.

La ida, por tramo de autopista, se hacía cómoda, pese  tenía un poco de pendiente en dirección a la población de Náquera, donde grupos de ciclistas esperaban para darnos fuerzas. Una pequeña subida en la que lo dábamos todo, a sabiendas que posteriormente el resto del recorrido era de bajada.

Fundamental el revisar el circuito previamente para evitar sorpresas y poder llevar una estrategia más o menos definida. Al final de esa subida, otro gran grupo de personas se encontraban para llenarnos de energía tras la que habíamos perdido en esos últimos metros.

Llegado a ese punto, nos adentrábamos en una carretera muy bien asfaltada pero con muchas curvas sinuosas en un paraje realmente espectacular. Aquí ya los triatletas empezaron a “darle gas” y muchos me pasaban como auténticos kamikaces.

Para hacer bien una prueba, acorde a las condiciones de uno, hay que encontrarse inmerso en ella. Y así estaba yo, concentrada en lo mío al 200 %. Por suerte, en el segmento de bici, no acusábamos el calor.

Vuelta a Náquera y ahora rumbo de nuevo a Valencia. A partir de aquí, a mover las piernas lo más rápido posible y tratando de adelantar a todos los tramposos con los que pude encontrarme que iban en grupo. En estas pruebas, está prohibido el “drafting”, o, lo que es lo mismo, “chupar rueda”. Esta vez, los jueces no hicieron su trabajo como debían, porque eran muchos los grupos de triatletas que rodaban juntos.

Tramo muy rápido y con buenas sensaciones, ya solo quedaba la carrera a pie. Transición rápida, aunque me comunican que tengo que parar en el “penalti box” por no haber dejado los materiales de la natación en el lugar adecuado. Salgo de la T2 rumbo a no sé dónde, pero lejos, el punto de giro se encontraba a 10´5 km, así que, no pensarlo y a correr.

Sin duda alguna, el calor fue el protagonista de este segmento y los ritmos no salían. Cada 3 km, encontraríamos un punto de avituallamiento. Aún no recuerdo cuantas botellas de agua me eché para mojarme la cabeza ni cuántos litros pude beber.

En mi kilómetro 4 de carrera a pie, el primero de los chicos estaba acabándola. Otro nivel. Una forma de correr espectacular y ritmos que no llevaré ni haciendo series.

Más adelante, en el kilómetro 7 aprox. me cruzo con la que sería la Campeona del Campeonato de España, (que tuve la suerte de ver en Zarautz dos fines de semana antes, donde quedó en 2ª posición). Igual, una manera de correr envidiable de la que solo una puede aprender y admirar.

Los 10 primeros kilómetros se me hicieron realmente un infierno por el calor. La vuelta, imagino por eso de que sabes que ya no quedan más que 11 km, se hizo más llevadera. Una triatlón más debutando en una categoría única de la que solo puedo aprender y seguir aprendiendo.

Los ganadores en categoría masculina: Emilio Aguayo (3 horas 44 ´), seguido de Raúl Almatrian y Josep Torres Riera entrando en meta un minuto después.

Las féminas, una enorme Sara Loer entrando en meta en 4 horas 10 minutos, seguida de Ana Noguera y Mabel Gallardo.

Sin duda alguna, volveremos a repetir.