La eclosión del fenómeno runner ha hecho que, a su alrededor, surjan muchas formas de entenderlos. Desde el que busca sacar rédito económico hasta el que quiere fomentar la vida sana, todos intentan acercar el ascua a su sardina para ofrecer su punto de vista. Y como no podía ser de otra manera, el análisis científico no iba a quedarse atrás.

Si la “guerra de los sexos” existe o no es cosa de los supuestos combatientes. Resumir las cosas en un chicos contra chicas sería muy sencillo si tomáramos en cuestión la opinión de cada grupo, pero en Correr y Fitness somos de darle vueltas a las cosas; y si no podemos darle vuelta a algo, al menos acercarnos a quien lo ha pensado un poco.

Algo bueno tiene la tecnología aplicada al deporte, y es que nos permite obtener datos que, pasados por el filtro adecuado, nos dejan conclusiones sorprendentes. Igual no lo ves, pero las carreras que registras con tu reloj o los tiempos que quedan asignados a tu chip dicen mucho más que tus sensaciones al correr o lo que compartes en tus redes sociales.

Un grupo de investigadores norteamericano tomó como referencia los tiempos de más de 90.000 maratonianos que tomaron la salida en algunas de las grandes maratones de los Estados Unidos. ¿El objetivo? Analizar cómo se enfrentan hombres y mujeres por separado a las grandes distancias. ¿El resultado? Como dirían en el mítico “Furor”: minipunto para las chicas.

Está claro que la mayoría de los tiempos más rápidos correspondían a los hombres, pero si se partía la maratón en dos medias, se podía ver cómo eran más las chicas que “doblaban” o incluso hacían más rápida la segunda mitad. Es decir, que los chicos corríamos a toda pastilla a estrellarnos contra el “muro”, mientras que las chicas eran capaces de llegar a veces tan pronto como ellos sin los correspondientes “pinchazos”.

Una vez que tenemos la hipótesis, debemos preguntarnos por qué pasa esto. Robert Deaner, profesor en Psicología de la Grand Valley State University, se ha dedicado a analizar la situación y ha extraído un par de conclusiones.

Como buen analista, Deaner señala que las mujeres tienden a evaluar los riesgos de una manera más lógica que los hombres; aplicado al running, se podría decir que las chicas son más conservadoras, pero del mismo modo saben aprovechar sus recursos. Por contra, los hombres están predispuestos a la competición, no solo en lo psicológico sino también en lo físico.

En lo relativo a como somos, uno de los estudios más citados es el que habla de las equivalencias en las marcas. Sandra Hunter, una de las analistas que más tiempo ha dedicado a estudiar la psicología y fisiología del “running”, señala que la marca de 2:15:25 de Paula Radcliffe es, en lo referente a lo físico, el equivalente a una marca de dos horas para cualquier hombre que se atreva a arrebatarle el récord del mundo a Dennis Kimetto. Si las chicas han llegado a su límite o si los chicos son capaces de acercarse a esa marca, de momento, son cosas que no sabemos.

Algunos investigadores señalan que estos estudios traen consigo algunos vicios desde su origen; muchos de los datos obtenidos por grupos de edad ponen a las chicas un par de escalones por encima de los chicos, y es que cuando hablamos de veteranos hacemos referencia a hombres y mujeres que llevan muchos años corriendo. Sin embargo, el tan cacareado “boom” nos permitirá, en los próximos años, tener información más cercana a la media del corredor amateur que ha empezado hace poco.

Así que ya sabes: tanto si eres una crack que entrena a tope cada día para rebajar su marca como ese tipo que sufre cada vez que una chica le pega el hachazo en la línea de meta, toca seguir currando.