Admitámoslo, entrenar en verano se presenta como un auténtico desafío. Si nos hemos planteado practicar running estos días que tenemos más tiempo, os aseguro que por el camino nos irán surgiendo las excusas. ¿O no? Si todavía no ha sido el caso, voy a intentar prepararos para ello.

Con este sol y el buen tiempo es más sencillo decir: “Voy a salir a correr un poco”, pero nuestras buenas y sanas intenciones parecen desvanecerse. Tengo que reconocer que tampoco ponemos muchas barreras para olvidarnos de nuestro lado más ‘fit’.

Apuntad: Calor, humedad, vacaciones y la falta de sueño (tendemos a alargar más el día y nos acostamos más tarde) se convierten en un compañero de viaje no muy bien bienvenido para quienes quieren empezar o seguir practicando el running.

En esta ocasión, quiero presentaros las situaciones más comunes de “no entreno” en verano y cómo evitarlas, o por lo menos intentarlo.

1.- Horario + calor: Tendemos a no ajustar nuestros horarios de entreno al tiempo. Si acostumbramos a salir a entrenar a medio día o a media tarde inevitablemente sufriremos el calor y terminaremos diciendo: “¡Es que hace mucho calor, corro más lento y me canso más!”.

Esto es un hecho fisiológico. ¿Qué hacer? ¡PLANÍFICACIÓN! Organizad vuestros entrenos pensando en el sol. Estaréis cansados de escucharlo, pero en verano o madrugamos o dejamos el entreno para la noche.

2.- El desgaste es mayor: En verano, el sol provoca que el desgaste sea mayor cuando salimos a correr, por lo que es fundamental poner mucho énfasis en la recuperación después de correr.

La primera medida que debemos tomar es hidratarnos bien cuando finalicemos el entreno, el agua es la mejor forma de hidratarnos. Recordemos, cuanto antes repongamos líquidos mucho mejor.

3.- La falta de sueño: Para combatir el calor, la mayoría de los corredores tienden a salir a la calle antes de que salga el sol. El problema es que en verano esto puede significar levantarse a las 5:30-6:00 a.m.

Por lo general, el madrugar luego no se compensa con irse antes a dormir. De hecho, lo más probable es que en verano nos vayamos más tarde a la cama. El día es más largo ¡y hay que disfrutarlo!

4.- De parranda todo el día: Un verano sin pasar casi por casa, no es verano. Sabemos que estos días son para viajar y pasar más tiempo con los nuestros. Ir a la playa, piscina, de cañas… Él estar activo durante todo el día, y más con la compañía del sol nos agota y lo notaremos al día siguiente en el entreno (si hemos logrado levantarnos para entrenar, claro).

Reconozcamos que si nos hemos pasado el día “de parranda” no esperemos tener un rendimiento óptimo en nuestra salida runner del domingo. Luego ¡no nos quejemos!

Entonces ¿qué hago si quiero seguir corriendo en verano?

Mi consejo es programarse la semana, saber los días que dedicaremos a practicar running y los que nos olvidaremos por completo de este deporte ¡eso también es lo que toca!

Por supuesto, que seamos conscientes de que es VERANO, y ello significa que hace más calor y nuestro cuerpo necesitará un grado de recuperación adicional. No nos frustremos si notamos que no estamos progresando, ¡con calma!

Igual debería de animaros a que aprovechéis vuestro tiempo libre para correr más y deciros lo sano que es ver las calles llenas de runners.

Pero lo cierto es que un poco de relax tampoco viene nada mal. Mientras seamos conscientes de los condicionantes a los que nos enfrentamos por salir a correr cuando hace calor, el resto, ¡a disfrutarlo!