Por si no lo teníamos suficientemente complicado con el trabajo y la familia, el deporte ha pasado a ocupar el tercer vértice del triángulo de una conciliación casi imposible.

Las horas que tenemos que dedicar a nuestra profesión son las que son. Se supone que el resto deberíamos de dedicarlas a nuestra pareja y nuestros hijos. Pero, entonces… ¿Cuándo entrenamos sin provocar un tsunami de reproches y malas caras en casa?

Encontrar el momento no es fácil pero sí es posible. Apunta los consejos de estos maestros en la conciliación:

1.- “La clave radica en la constancia. Si te saltas una sesión un sábado por la tarde pero has hecho todas las demás durante la semana, no perderás la forma y en casa te agradecerán el gesto”, explica Jaime Menéndez de Luarca, fundador de TRILUARCA y CEO de SOLORIDE.

Para este triatleta, el secreto está en saber “optimizar tu tiempo”. Así que nada de quedarse en la cama hasta tarde: “Madruga y aprovecha el día desde primera hora, cuando tu gente está todavía durmiendo, para que estés de vuelta y con los deberes hechos cuando se levantes”.

Y aún da más pistas: “Si tienes que levantarte pronto para entrenar, no te acuestes tarde viendo la televisión o cotilleando cosas en internet; aprovecha el tiempo para estar con tu familia”. Y recuerda que “el deporte es un hobby, no te obsesiones más de la cuenta. Lo más importante es tu familia”.

2.- Recién llegado de su aventura en la Titan Desert, el exjugador de balonmano Samuel Trives desvela su receta: “En una pareja, cada uno debe de tener su espacio y su tiempo para poder hacer deporte o cualquier otra actividad que le haga sentir bien, y ambas partes deben de respetarlo para lograr una convivencia feliz”.

En casos, como el suyo, en el que haya niños pequeños en casa, Trives recomienda “repartir y asumir las tareas del hogar para que cada uno tenga su momento de ocio y que no cargue con todo sólo una parte”.

Y, como fórmula magistral, nada como compartir “la práctica deportiva con nuestros hijos. La disfrutaremos mucho más y les inculcaremos nuestra pasión por una vida activa y unos hábitos saludables”.

3.- Periodista y madre de dos hijos, Elena Sanz sabe muy bien cómo organizarse el tiempo para escaparse a dar rienda suelta a su auténtica pasión: correr. “No hay más secreto que el de saber organizarse. No creo que haya que renunciar a hacer deporte por el hecho de tener pareja o hijos”.

La autora de Confesiones de una Runner, destaca la importancia de que haya “una buena comunicación con la pareja para cuadrar los horarios”.  Sanz añade que es fundamental buscar “el momento del día que mejor encaja y menos distorsiones provoque,  tanto en la pareja como en la familia. Pero con tranquilidad, sin estresarnos”.

En su caso, con dos niños de corta edad, Sanz aconseja ‘escaparse’ “a primera hora de la mañana o la última hora de la tarde, porque así apenas notan tu ausencia”. Y si, al salir de casa, la culpa por haber dejado a tus hijos llorando en la puerta de persigue recuerda: “Probablemente ya se habrán callado cuando estés en el portal.

Entrenar te hará regresar a casa como una persona renovada y feliz por el subidón de endorfinas. Y, si vuelves a casa con unos churros, pues miel sobre hojuelas.