Si, además, practicamos algún deporte acuático o corremos cerca del mar, ¡mucho ojo!, vamos a tener que contar con un extra de crema protectora. Hay superficies que reflejan más la radiación.

En el caso del agua, lo hace en un 50% y la nieve hasta un 80%, con lo cual "contaremos con que nos llega el sol directamente desde arriba más la radiación reflejada desde el suelo, con lo que definitivamente está mucho más expuesta la piel", según aconseja Agustina Segurado, jefa de Dermatología del Hospital del Sureste.

Así, las tres claves para hacer deporte para tener luego un buen moreno, sin sufrir insolaciones o quemaduras no deseadas, son:

-Intentar evitar el sol fuerte, rehuir de las horas centrales al día y exponernos de forma gradual, limitar el deporte al sol a un cuarto de hora el primer día.

-Elegir bien la ropa, es la pantalla que nos pondremos encima, procurar vestir ropa técnica con filtros solares que además están preparados para la transpiración.

-Las cremas solares, elegir filtros altos y aplicar en las zonas más expuestas o con contacto directo con el sol.

"Los deportistas, si están al aire libre, reciben la misma radiación que si están tumbados en la playa, además están expuestos muchas horas sin tener sombra, por eso es muy importante la protección de ropa y usar para las zonas al descubierto protección con filtros muy altos y además resistentes al agua, pues hay que recordar que en los deportistas la sudoración se incrementa y ese sudor en la piel puede lavar la protección solar", añade la doctora Segurado,.

Esta experta también hace hincapié en reforzar con cremas nariz y orejas, pues al estar en vertical están especialmente en contacto con el sol.

El quid de la cuestión está en nuestro capital solar, una especie de patrimonio ante el sol que se agota con las continuas exposiciones y es que "la piel tiene un aguante X dependiendo del tono de la piel, ojos, cabello… y a partir de una edad ese capital se gasta y empiezan a aparecer signos como pecas, manchas, fotoenvejecimiento", apostilla.

No obstante, lo recomendable es limitarse a lucir bronceado cuando corresponde y de forma responsable. Asimismo, si decides darte rayos UVA, has de saber que en cabina también hay que protegerse con cremas solares y no sobrepasar el tiempo estimado, que se calcula en cuanto la piel comienza a enrojecerse.

"Impera la moda del bronceado, lleva tiempo en boga como síntoma de buena salud pero las sesiones de rayos UVA son dañinas si no hay recomendaciones médicas, no deberíamos utilizarlos como moda y en todo caso nunca darnos más de diez sesiones al año, veinte a lo sumo", finaliza la doctora Segurado.

Artificiales o naturales hay que tener mucho cuidado con los rayos ultravioletas, y los deportistas más aún. No a la tanorexia y sí a un bronceado saludable y paulatino. Las cremas o toallitas autobronceadoras son una posible solución si toca descubrir zonas ocultas durante los meses de frío.

El sol es vida pero también puede poner en juego la tuya, este año tenemos nuevo propósito: rayos UVA con precaución.