En abril, majors a mil. Empieza la temporada maratoniana para la elite mundial y la Ciudad de la Luz recibe a algunas de las grandes figuras del atletismo que buscarán arrebatarle el cetro parisino a Kenenisa Bekele.

La “suerte del principiante”, combinada obviamente con las condiciones naturales del etíope, le permitieron llevarse el año pasado la victoria y el récord de la prueba en la que fuera su primera participación en una maratón. No veremos a Bekele en Paris (ni en Londres: ahora mismo está pagando un exceso de maratones en el último año; hasta los mejores sufren), pero el cartel de profesionales es lo bastante grande como para prestarle atención a la prueba francesa.

Moses Mosop está llamado a reverdecer viejos laureles: como Bekele, tuvo un debut soñado hace cuatro años en Boston (2:03:06). Después de un tiempo parado por lesión, su última marca (2:06:19 en Xiamen, batiendo el récord de maratón en suelo chino) lo colocan como uno de los grandes favoritos.

Pero si de reverdecer laureles hablamos, su gran rival es Vincent Kipruto: el keniano, ganador de la carrera parisina en 2009, está llamado a plantar cara al poderío de su compatriota. Basu Worku o Deressa Chimsa (también con marcas inferiores al 2:06) son la apuesta etíope frente al poderío keniano.

En el apartado femenino, una veterana en la distancia como Mulu Seboka es la gran favorita para liderar el podio. Con 33 maratones a sus espaldas, se muestra cada vez más sólida en la distancia: viene de acabar sexta en Dubai con una marca de 2:21, por lo que podríamos ver caer el récord de Boru Tadese (2:21:06, conseguido en 2013). Philis Ongiri o Amane Gobena son parte de la élite africana que estará en la línea de salida; la ucraniana Olena Shurhno o la francesa Sophie Duarte (debutante en la prueba) intentarán plantar cara por debajo de las 2:25 horas.

Ver a todas las grandes figuras siempre es un placer, pero acompañarles recorriendo una de las ciudades más bonitas del mundo engrandece aún más el espectáculo. Dar los primeros pasos en los Campos Elíseos con la Plaza de la Concordia al fondo nos hará salir a tope, buscando desde el principio hacer historia en un escenario idílico. Antes de llegar a los primeros diez kilómetros ya habremos alcanzado el Bosque de Vincennes, el equivalente parisino a nuestra Casa de Campo. Es un paso breve pero intenso antes de volver a internarnos en la ciudad.

Si algo tiene de bueno la Maratón de París es que no te quedarás sin pasar cerca de ninguna de las grandes atracciones de la capital francesa: al salir del gran espacio verde, buscaremos las orillas del Sena para ver la Catedral de Notre-Dame, la Explanada de los Inválidos y, cómo no, la Torre Eiffel. Cuidado, no te dejes asombrar por tanta belleza: precisamente en el Trocadero llegas al kilómetro 30, por lo que toca cerrar la boca y apretar los dientes para superar el “muro”.

A partir de ahí, solamente te quedará luchar contra los últimos kilómetros en el Bosque de Boulogne, el otro gran pulmón parisino. La entrada por Porte Dauphiné marcará el final de tu carrera. Aunque veas que al final de la Avenida Foch se alza el Arco del Triunfo, el de meta es el que a ti te interesa.

¿A que ahora te han entrado ganas de recorrer Paris con un dorsal? Pues ahora que lo tienes fresco, toma nota: este miércoles 15 de abril se abren las inscripciones para la próxima edición. Hasta el 13 de mayo tienes tiempo para llevarte uno de los dorsales para saltar a las calles francesas: además, los 80 euros que cuesta la inscripción la convierten en la carrera de prestigio más económica.