Gracias a las redes sociales, tuve la suerte de conocer a Chema Martínez a comienzos de este año. Hasta entonces, una figura del atletismo español inaccessible para mí. Nada más lejos de la realidad. Actualmente Chema Martínez nos traslada su inagotable día a día a través de sus redes sociales, su página web, la radio, conferencias e incluso, desde un nuevo programa de television.

Tras un primer encuentro en el que por supuesto, corrimos y me enseñó diferentes ejercicios de técnica de carrera, han sido más las ocasiones en las que he tenido la oportunidad de descubrir a un personaje increíble, abierto, energía y vitalidad puras y con infinidad de sueños y retos por cumplir, y siempre, siempre, dando el cien por cien en todo lo que hace.

"Entrenar para hacer un triatlón es durísimo, no sé cómo la gente puede hacerlo"

A punto de finalizar este año, me preguntaba cómo un atleta de élite de maratón, pasa a realizar uno de los circuitos más duros del mundo, lejos de lo que él había realizado anteriormente: El Grand Slam 4 deserts, un ultramaratón que recorre cerca de los 10.000 kilómetros.

Dice que siempre responde afirmativamente ante propuestas, que no piensa, que eso lo hace después. Así, este año ha conseguido, no solo atravesar los cuatro desiertos (muy pocos realizan las 4 pruebas en un año), sino quedar en 1ª posición en tres de ellos, y 2ª en el Desierto del Gobi. Realmente increíble, así describe esta experiencia, que sobre todo, ha sido dura desde el punto de vista mental, máxime en el último, la Antártida.

Chema Martínez corriendo por la Antártida

Me explicaba en qué consistía cada uno de ellos. Cada desierto son siete días de prueba. Los cuatro primeros se recorren diariamente entre 39 -42 kilómetros, el 5º día, la etapa es de 80 km, descansando el 6º y finalizando con una etapa entre 10-15 kilómetros, teniendo siempre en cuenta las condiciones extremas.

Comenzó con el desierto del Sáhara en febrero, el del Gobi (China), Atacama (Chile), finalizando hace menos de un mes en la Antártida. Para poder correr este último, que se hace cada dos años, es necesario haber corrido al menos dos de los desiertos anteriores.

En este caso, Chema ha realizado los cuatro en un mismo año, un hecho que muy pocos han podido realizar. Sin duda para él, es la mejor experiencia, tanto a nivel personal como deportiva, que ha tenido la suerte de experimentar.

Comenta que el mayor desafío o momento de incertidumbre fue ese primer día que daba comienzo la prueba, el temor a lo desconocido, y  a su vez, las ganas de recorrer esos desiertos.

Chema martínez en Atacama

Para él, sin duda la última de las pruebas, la Antártida, ha sido la más dura, y no precisamente por el frío, sino por el hecho de estar durante tanto tiempo en el barco que les llevaba de un lugar a otro, lo cual le ha supuesto un enorme reto y dureza mentales.

Está claro que está hecho de algo más que de correr, está hecho de pura energía y se siente, como me comentaba, en mejor estado que nunca porque sus ganas e ilusión por seguir superándose y mejorando cada día son inmensas. Todo lo que hace, lo hace a tope. Así que estar con él es un chute de energía de un valor incalculable.

Recuerdo, al poco de conocerle,  que, por si fuera poco, se lanzaba al mundo del triatlón en distancia medio Ironman, debutando en el Extreme Man de Riaza el pasado junio, 6 semanas después de llegar de la prueba del Gobi.

Ha corrido por cuatro desiertos en 2014

Dado que también yo haría esa prueba, estuve siguiendo sus entrenamientos y el camino hasta que llegó el día.

Chema no había tocado la bici antes, y la natación tampoco. Me decía que en esas seis semanas se estuvo preparando a conciencia para ese triatlón, entrenando hasta tres veces al día. “Si hago algo, lo hago al máximo”, dice.

Estuve en esa prueba, y su actuación fue sencillamente espectacular, pese a un recorrido de ciclismo duro, muy duro, Chema logró la 5ª posición, en su primer triatlón distancia medio Ironman.

¿Qué se le pasa a un corredor de maratón por la cabeza tras bajarse de la bici? Al principio, cuenta, le sorprendió que no sabía cómo sus piernas iban a reaccionar, pero allí estaba. Pese a llegar a la T2 con 20 minutos de diferencia respecto al primero, sus piernas y su energía nos ofrecieron un espectáculo. Dice Chema que le encantó el ambiente, la gente animando en las calles, y que, sin duda, es una experiencia que volverá a repetir.

Comentaba que le había sorprendido cuánto le estaba gustando la bici, y que sin duda, no dudará en prepararse para otro triatlón la próxima temporada.

Es un hombre incansable. Su día a día, solo con verlo, agota a cualquiera, pero es de estas personas que maneja sus tiempos a la perfección y aprovecha cada instante. “Pero Chema, ¿Cómo narices lo haces? ¿Cómo puedes hacer todo esto?”

Chema Martínez con Isabel del Barrio

Dos o tres sesiones de entrenamiento al día, la radio, escribir, viajes entre semana promocionales, y por supuesto, su familia…”con ilusión y muchas ganas”. Le apasiona lo que hace y no hay lugar a dudas, le veas donde lo veas, siempre tiene esa sonrisa típica de un niño que solo quiere descubrir cosas nuevas, cuando otros creen que ya lo han hecho todo.

Tras esta primera incursión en el triatlón, cuando me comentaba cómo se había estado preparando esas seis semanas, me resultó curioso que me dijese que “ El entrenar para hacer un triatlón es durísimo, no sé cómo la gente puede hacerlo, te consume toda la mayor parte del día”; digo curioso, porque su día a día es realmente una interminable lista de tareas y entrenamientos a los que atender.

Como comenta, tras una vida de atletismo de alto rendimiento, en el que mejorar apenas unas décimas iba a suponer poder correr o no al año siguiente, conseguir algún tipo de patrocinio o no, Chema quiere seguir disfrutando, descubriendo nuevos retos, y con eso, se encuentra realmente feliz.

Entrena dos o tres veces al día

Tiene infinidad de proyectos para el nuevo año, muchos de ellos sorprendentes, pero sin duda, unos de sus retos del 2015, es correr el Marathon des Sables (una de las carreras de larga distancia más duras del mundo en la que los participantes deben recorrer 240 kilómetros de desierto del Sáhara marroquí, con etapas de 20 hasta 80 kilómetros con temperaturas que rozan los 50º) y ser el primer español en obtener la victoria; Cuando lo cuenta, tiene tal brillo en los ojos y tanta pasión, que estoy segura lo conseguirá.

¿Con qué me quedo de todo esto? La humildad, la ilusión de seguir hacia delante siempre, pero sobre todo, las ganas infinitas de aprender y seguir mejorando.

Está claro que Chema es una fuente inagotable de experiencias y vivencias de las cuales siempre sacas algo, pero donde muchos hubiesen puesto el punto y final, Chema Martínez no deja de escribir capítulos nuevos cada día.

Desde aquí, muchísimas gracias a Chema Martínez por dedicarme parte de su tiempo, su energía y sus experiencias. Como nos diría: 'No pienses, corre'.