No voy a decir que quedar con los amigos a tomar algo al finalizar la jornada en una terracita de verano no sea un plan súper apetecible, pero no tiene porque ser incompatible con dejar de lado nuestra rutina del invierno.

La clave para no perder esa buena forma que hemos cogido en los meses antes de llegar al verano es no perder de vista nuestros objetivos y cambiar un poquito nuestras rutinas.

Si te gusta correr, en verano sin duda la mejor hora del día es por la mañana a primera hora. La última hora de la tarde también está bien, pero el asfalto de las ciudades ya emana el calor de todo el día y es más duro para nuestros pies. Además corremos el peligro de ser llamadas a la tentación por el famoso plan terracita.

Por tanto y ahora que los días son más largos, la clave es ponerse el despertador media horita antes, hacerse un buen zumo de frutas aprovechando la gran variedad de ellas que tenemos en verano, y salir a correr a primera hora de la mañana.  Después, duchita rápida y volando para el trabajo, donde seguro que podemos hacer un buen desayuno. La energía de empezar el día así te dura para todo el día.

Por la noche, podemos aprovechar para hacer un ratito de yoga o de Pilates en casa después de cenar. En Youtube tenéis mil vídeos para poder hacer en casa.

El trabajo de fuerza y por más que yo sea una defensora a ultranza de entrenar al aire libre, para el verano sí recomiendo apuntarse a un gimnasio. Las ofertas en la época estival son buenísimas, y encima disfrutaréis de la sala para vosotros solos.

Sin duda, una de las claves para pasar el verano y salir ileso de esos kilos de más es nadar. Para nadar sólo necesitas el bañador y una piscina o el mar. Es un hábito que os puede acompañar de vacaciones y que te ayudará a continuar con un trabajo aeróbico de moderada intensidad que ayuda a quemar las grasas.

También podéis apuntaros a hacer esquí acuático o alguna actividad de este tipo que sin duda es un buen trabajo para el cuerpo, nos ayuda a mantenernos activos y además puede ser muy divertido.

Una de las cosas en las que fallamos en la hidratación, muchas veces en verano nos duele la cabeza y estamos más cansados porque estamos deshidratados. Acuérdate de llevar la botella de agua contigo allí donde vayas y beber a cada rato a pequeños sorbitos.

En cuanto a la alimentación, en verano la clave está en no dejarse llevar por los helados y aprovechar la variedad de frutas para hacer las cinco comidas diarias. En verano es más importante que nunca, la fruta te proporcionará la energía que necesitas. A media mañana y a media tarde, no olvides tomar tu ración de fruta. La puedes llevar a la oficina cortada y en tupper para hacerlo más fácil.

Si estás de vacaciones, en la playa, intenta que tu jornada no se reduzca a estar tumbados al sol, se puede pasear, jugar a las palas, a la petanca…todo esto hará que tu consumo calórico no se vea tan reducido durante el verano y te mantendrá más activo

Y por último el aspecto psicológico, igual que defendemos que la operación bikini ha de ser todo el año, los meses de verano son claves para mantener nuestra salud en un estado óptimo.

No dejes que pueda contigo la pereza, al revés, aprovecha los días más largos en los que podemos organizarnos mejor y saca tu ratito para ti mismo y tu salud.