Esa carrera que corres hoy, compañero, no saldría adelante sin ellos. Podemos ponernos del lado del organizador y aplaudir un circuito bien medido, o de las marcas que nos dan una camiseta de calidad por lo que hemos pagado, pero ninguna carrera se podría celebrar sin ellos. Los voluntarios son los que mueven este mundo y, sin ellos, esto se iría al garete.

Ayudar a sacar adelante un evento como una carrera tiene mucho mérito y siempre lo valoro dando las gracias a mi paso por su puesto de avituallamiento o por el desvío correspondiente. Seguro que tú también lo haces y, si no lo hacías, lo harás.

Aplaudes su labor y piensas que te gustaría también echar una mano; pero en el otro plato de la balanza hay muchísimas más razones que te empujan a seguir corriendo en vez de tomarte una carrera de descanso.

Más allá de recomendarte lo de parar de vez en cuando y ver cómo se organiza una carrera desde dentro, también debes tener claro que hay muchas maneras de ser voluntario dentro de una carrera. Obviamente, pasar una mañana en un punto de avituallamiento es de las más comunes, pero puedes ayudar de muchas maneras a que todo salga como es debido sin renunciar a ponerte un dorsal.

Quizás la forma más conocida y habitual es la de actuar como “liebre”. Atletas con un ritmo controlado que bajan un poco sus prestaciones para echar una mano a gente en busca de un resultado concreto. Si rondas con comodidad los cuarenta minutos, tu conocimiento de la situación puede ser útil para aquellos que quieren bajar de los cincuenta.

Seguro que tus piernas querrán tirar más, pero verás cómo tu labor al mando del grupo ayudará a más de uno a conseguir su objetivo. No son pocas las carreras que buscan liebres, así que estate atento si estás interesado en vivir esta experiencia.

Dentro del submundo de las liebres, existen unas con una responsabilidad aún mayor: además de poner sus piernas, tienen que ser los ojos del atleta al que acompañan. Cada día es más común ver a atletas con alguna discapacidad visual presentes en carreras de todo tipo.

En estos casos, tu labor no solo será estar al nivel del atleta al que acompañas, sino que debes poner todos tus sentidos para que nada le impida continuar a tu lado hasta el final del recorrido. La Fundación ONCE suele requerir voluntarios para prácticamente todas las grandes carreras del calendario nacional.

¿Y si no eres tan rápido? No ayuda más quien más corre, sino quien pone más ímpetu en lo que hace. Cada día es más común encontrar causas solidarias en prácticamente todas las carreras. Atletas que recaudan fondos o ayuda para la investigación y lucha contra algunas enfermedades.

Sea a través de la propia organización de la carrera como a través de iniciativas como MiGranoDeArena, tus kilómetros pueden convertirse en ese empujón necesario para dar a conocer un problema que afecta a mucha gente.

Como ves, existen muchas maneras de echar una mano. Lo importante, en el fondo, es tener ganas de hacerlo: sea desde la barrera o en medio de los corredores, ayudar siempre debe ser una máxima.