El  mundo al revés. Desde hace años llevamos escuchando a los especialistas de la salud hablar sobre la necesidad y la importancia de caminar todos los días para mantener nuestra salud a raya y evitar todo tipo de enfermedades.

Sin embargo, para que realmente obtengamos beneficios palpables para nuestra salud, es necesario andar una cantidad específica de tiempo al día. De lo contrario, aparentemente, nos sirve de poco.

Según los expertos del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, y el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, lo óptimo es dar, al menos, 10.000 pasos al día para que una caminata sea efectiva, lo que en viene a traducirse en distancia en torno a 8 kilómetros y en tiempo, en torno a las dos horas.

Estos expertos explican que al dar 10.000 pasos al día aumenta nuestro número de células inmunológicas y provoca que las defensas del organismo incrementen su efectividad más de un 30%.

Si lo que pretendemos, además de estar sanos es perder peso de manera apreciable, la cifra de pasos tiene que aumentar hasta 12.000 –casi 10 kilómetros-, aunque para ello también deberemos seguir una dieta adecuada. Si somos capaces de superar los 17.000 pasos –unos 13,6 kilómetros-, estaremos realizando un ejercicio aeróbico "muy eficaz".

Y no es para menos si tenemos en cuenta que cuando caminamos movemos 200 de los 650 músculos del cuerpo, es decir un 30% de todo el sistema muscular, lo que convierte a esta actividad, si se practica de forma regular y a cierta velocidad, en un ejercicio muy saludable para mantenerse en forma y combatir muchas enfermedades del corazón, problemas de circulación, osteoporosis, infecciones y sobrepeso ya que se fortalecen los músculos de la cadera, muslos y piernas, se regula la presión sanguínea, disminuyendo el peligro de infarto y mejorando la actividad cardiaca y se favorece la regeneración ósea, ya que el calcio de los alimentos se aprovecha más si se activan los huesos regularmente. Asimismo, caminar ayuda a reducir el estrés.

No obstante, a pesar de ser un ejercicio muy saludable, sencillo y agradable, no todo el mundo consigue llegar a esos 10.000 pasos al día. De hecho, aunque puedan parecer mucho, dar entre 3.500 y 5.000 pasos al día se considera un estilo de vida sedentario.

Entre 5.000 y 8.000 se considera como actividad normal y entre 8.000 y 9.000, se considera como actividad media-alta. Quienes consiguen dar más de 10.000 pasos al día son personas muy activas.

Para saber cuánto caminamos al día podemos echar mano de un podómetro, del reloj para ver el tiempo que hemos estado andando o salir a caminar por una ruta de la que conocemos su distancia. Eso sí, hay que ponerle ganas y energía. Es decir, andar a un ritmo vivo.

Andar puede ser la alternativa perfecta para quien no puede o para quienes no les gusta correr, ya que a diferencia del running, al tratarse de un ejercicio mucho más natural, no se sobrecargan los ligamentos, ni los tendones ni las articulaciones, con lo que se reduce de manera muy significativa el riesgo de padecer lesiones.

Eso sí, necesitamos dedicarle mucho más tiempo, casi el doble, para recorrer la misma distancia, casi más de dos veces el tiempo que invertiríamos corriendo la misma distancia.

Es decir, es mucho más agradable y saludable, pero necesitamos mucho más tiempo libre para poder alcanzar, al menos, esos 10.000 pasos.