Sin embargo, los objetivos de unos y otros varían. Por eso, tanto si corrieste la prueba de tu barrio como si te plantaste en Vallecas subiendo a toda máquina, analizamos qué tipo de runner eres según el objetivo que tuvieras para la San Silvestre:

1.-Tu objetivo fue salir a por marca, has trabajado en ello y todo estaba de tu parte: estuviste ante una ocasión ideal de cerrar el año cumpliendo uno de tus propósitos de este curso. Lucirte en el último día del año abrió una noche mágica que nadie sabe cómo acabó. Te lo ganaste, campeón.

2.-Tu objetivo fue salir a por marca, pero porque te comprometiste a hacer marca en 2014 y ya no quedaban más carreras: unas veces se gana y otras se pierde. ¿Y si esta carrera de fin de año fue la oportunidad de sentar un nuevo límite? Si no lo consigueste, no pasa nada: un nuevo año empieza y, con él, hasta 52 domingos donde volver a intentarlo.

3.-No dejaste que ningún tipo disfrazado te adelante: lamentablemente, esta no fue tu carrera. Si tu plan fue correr en Madrid, probablemente hubo alguna máquina que se tomara la prueba como una fiesta y que, con peluca o gorro de elfo, te pegara un palo. Créeme: acabé una maratón más lento que un tipo que iba vestido de bote de suplemento vitamínico.

4.-Sea cual sea tu ritmo, fuiste a correr disfrazado: di que sí, hombre, esta era una carrera para pasarlo bien. Si tenías ganas de caracterizarte de pies a cabeza para afrontar la última gran carrera del año, que mejor manera de empezar una noche de fiesta que llevando la juerga a la calle. Que nadie te diga que con disfraz no puedes salir a darlo todo.

5.-Saliste a correr solo: que sepas que no fuiste el único que lo ha pensado. No hay mejor manera de escaquearse de las tareas del 31 de diciembre que irse a correr una carrera en la tarde previa a la gran cena. Cuando volviste al hogar, la mesa estaba puesta, toda la familia arreglada y probablemente haya sido tu cuñado el encargado de ir a buscar a tu suegra. Te duchaste y preparaste para la cena, que las tensiones ya las has descargado en el asfalto y hoy toca celebrar.

6.-Toda la tropa en la línea de salida: alguno será colega de toda la vida, compañero de trabajo o uno de esos locos que has conocido quemando suela por las diferentes carreras de tu ciudad. Os conocéis, sabéis el ritmo el uno del otro y tenéis claro que hoy no es momento de hostilidades en las curvas ni de hachazos en la línea de meta. Esta era una carrera especial: cenaste con tu pareja, tus hijos y el resto de tu familia. Eso sí, te pegaste antes el último atracón de kilómetros con tu otra gran familia.

7.-Eres el veterano del lugar, te acuerdas de cuando esta carrera la hacíais unos cuantos locos y no te gusta ver las calles tan llenas: con todo el respeto del mundo, te pido que haga un pequeño flashback. Acuérdate de cómo te sentías hace veinte, treinta años: esas ganas de vivir la fiesta, de salir a la calle a correr sin pensar en lo que dijeran los demás. Y lo bien que te sentías entonces. Ahora multiplica eso por diez, o hasta por cien. Así de bien se sintieron todos ellos ahora: la alegría de correr no conoce de status, ni de grados de veteranía. ¡Disfruta de la fiesta!

8.-Eres el novato del lugar: viste la prueba el año pasado en el resumen de las últimas noticias del año y las primeras de este. Te prometiste en aquella churrería, mientras apurabas las últimas horas de la Nochevieja y con el regusto de las uvas de la suerte que de este año no pasaba, que tocaba cambiar de vida y empezar a hacer ejercicio. Bienvenido al club: relájate y disfruta de tu primera gran carrera de fin de año.

9.- No te encuentras en ninguno de los grupos en los que he encuadrado al resto:, ¿y qué?, ¿evitó eso que te lo pasaras bien?

10.- Para la próxima, átate bien los cordones, vístete de gala: y, al escuchar el disparo, no dudes: en la salida de las carreras no dan los cuartos.