Haces deporte y sufres un dolor intenso en el talón cuando te pones en marcha... la cosa no pinta bien, así que no desatiendas ese malestar, es muy probable que estés ante una fascitis plantar.

"En el deportista, la causa más frecuente de esta patología es la degeneración mecánica proximal, es decir el deterioro progresivo del tejido en la zona del talón. Se produce fundamentalmente por acumulación de impactos y esfuerzos tensiles durante los cientos de ciclos de marcha que supone el entrenamiento en los deportes de carrera", explica el Dr. David Cimas Hernández del Instituto de Traumatología Estévez y Hospital Vithas Ntra. Sra. De América.

No es la única razón. Una rotura aguda por traumatismos de alta intensidad en un salto o las fracturas de estrés en el calcáneo también pueden traducirse en una fascitis.

Los runners están más expuestos que otros deportistas, existiendo factores que a priori favorecen esta patología, como el peso corporal, utilizar un calzado inadecuado o un acortamiento aquíleo-calcáneo-plantar, entre otros.

"En más o menos la mitad de los casos de fascitis observamos en las radiografías un pequeño pico óseo que protruye desde el calcáneo en dirección a los dedos, es el espolón calcáneo, que es una consecuencia de la fascitis, pero no el origen del dolor”, sigue sumando el Dr Cimas.

Se cree que puede aparecer entre los 6 meses y el año de la aparición de los síntomas como consecuencia de la inflamación crónica y la tracción de la propiafascia.

También se ha relacionado la pérdida de grasa plantar con la aparición de la fascitis. Este particular puede ocurrir en procesos de adelgazamiento muy rápido.

Una vez diagnosticados correctamente, siempre por un médico especializado que descarte dolor por inflamación o de origen reumatológico, es hora de contraatacar.

Toca poner tratamiento y solucionar un problema que de lo contrario nos mantendrá alejados durante una buena temporada de las pistas. El especialista diferencia tres escalones terapéuticos en el tratamiento de la fascitis plantar:

Un primer escalón englobaría la utilización de tobilleras acolchadas en la zona del arco y talón, las plantillas ortopédicas, los antiinflamatorios tópicos y orales, y los ejercicios de estiramiento de fascia plantar, tendón de Aquiles y musculatura de la pantorrilla.

Habitualmente estas terapias son efectivas en torno a un 80% de los casos y los resultados se empiezan a apreciar a partir de las 8-12 semanas de su instauración.

En caso de que exista sobrepeso se debe indicar al paciente que inicie un programa de pérdida de peso corporal.

En un segundo escalón se situaría la ferulización nocturna, las inyecciones de corticoides, y las inyecciones de toxina botulínica.

Las inyecciones repetidas con corticoides se deben realizar con precaución ya que se han relacionado con un aumento de la incidencia de rotura de la fascia plantar durante la práctica deportiva.

En un tercer escalón encontramos la terapia con ondas de choque, las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetario y los tratamientos quirúrgicos como la fasciotomíaplantar o gemelar.

Tanto las infiltraciones con factores de crecimiento como las ondas de choque presentan resultados equiparables en cuanto alivio del dolor y disminución del grosor de la fascia.

En el caso extremo de tener que recurrir a la cirugía, las técnicas más extendidas y con mejores resultados son: "la fasciotomía  plantar percutánea o endoscópica a nivel del talón y el alargamiento o liberación de gemelo interno que se realiza en el origen del vientre muscular del gemelo interno", explica el Dr. Cimas.

Tras superar la fascitis no hay que confiarse, debemos seguir trabajando para frenar el dolor y desterrarlo del todo con una rutina de estiramientos diarios, eligiendo un calzado adecuado teniendo siempre en cuenta nuestra pisada y, aconseja el médico, revisar la plantilla ortopédica  alrededor de los 18 meses de haber empezado a utilizarla.

Hay que dar tiempo a que la recuperación sea total, pues la fascia, esa especie de cuerda fibrosa que une la base de los dedos con el talón, puede seguir sufrir un desgaste progresivo si no la cuidamos. Como siempre, prevenir nos ahorrará muchos dolores y semanas de reposo.