Si tu cartera no está temblando aún con las rebajas, estará a punto de temblar tu cuenta con el recibo de la tarjeta: quien más y quien menos se deja algún dinero con los descuentos, y seguro que entre tus compras habrá material deportivo.

Si hay un producto estrella en la lista de todo buen runner que sale a buscar chollos, esas son las zapatillas. Cambia la temporada, las marcas sacan sus nuevos modelos y aquella zapatilla revolucionaria se queda rezagada como el tercer portero de un equipo de Champions.

Sea para llevarte el chollo o para ser el más molón del parque con tus zapatillas último modelo, me gustaría que reflexionaras antes de comprar. ¿Es esa la mejor opción? ¿Te lo vas a llevar solamente porque es una ganga? Lo que deberías hacer –nunca mejor dicho- es ponerte en tus zapatos.

La tentación está ahí, pero algo que debemos tener siempre presente a la hora de comprar un calzado es si realmente esa es TU zapatilla. Habrás leído por encima tres o cuatro reviews al ver el precio y  todo eso parece convencerte, pero hasta que no notas como se ajusta o como amortigua tu pisada no puedes decir –con exactitud- si ese calzado te conviene.

Piensa que cada vez que sales a correr dejas tu cartera en casa: no vendrá contigo a recordarte aquel modelo que estaba al 50%. Si encuentras algo con lo que te sientas cómodo y encima puedes comprarlo a buen precio, adelante; para el resto de cosas, recuerda que lo barato sale caro.

Notarás que hablo siempre de sentirse cómodo y no de ajustes perfectos, y a lo mejor te preguntarás porqué. Siento ser yo quien te lo diga, pero no existe la zapatilla perfecta. Si te dicen que grandes atletas o bestias del trail han formado parte del desarrollo de ese calzado,  lo que te quieren decir es que a ellos les queda bien.

Cada persona es un mundo y sus pies un continente, y eso es algo a tener en cuenta si en estos días buscas el chollo. Sumarle unas plantillas o tener que pasar por el taller debido a unas molestias son recargos que acabarán llegando.

Con todo y eso, quédate con una clave: la pisada manda. Cierto es que hay cuestiones como roces, tiranteces y ajustes en la parte superior contra los que es imposible luchar, pero si te sientes bien, te sientes bien.

Al probarte una zapatilla, tienes que sentirte como si fueras capaz de afrontar cientos de kilómetros con ellas. No es un capricho: realmente es lo que va a pasar. Y no fíes del todo de las “actualizaciones”: en un año cambian muchas cosas, y las ideas de un departamento de investigación pueden ser radicalmente diferentes.

Y así podría pasarme horas y horas, citando modelos y discutiendo sobre que es mejor o que es peor. Seguro que hay gente que sabe mucho más que yo y seguro que sabes dónde encontrarles: igual esa tienda no tiene los mejores chollos, pero podrás encontrar a profesionales que te ayudarán a encontrar el modelo que te ayude a salir a entrenar cada día. Seguro que, cuando quemes esas, ya sabes donde volverás.