¿No dicen que hacer deporte es una buena forma de empezar el día? Muchos de nosotros llevamos vidas tan ocupadas que incorporar el ejercicio a nuestra rutina diaria no es casi imposible.

Te aseguro que cuando me plantee esto de ir corriendo al trabajo mi pregunta fue: ¿y que hago con la logística? Me lo he replanteado muchas veces hasta que finalmente me he decidido a escribir una lista ventajas y comprobar si realmente tienen el suficiente peso como para dar el paso y salir de casa con las zapatillas puestas o llegar a casa con ellas puestas.

Antes de empezar, el primer punto que debes tener en cuenta es si es viable que puedas realizar el trayecto corriendo y si la distancia es apta según tu condición física. Si estos dos condicionantes cumplen los requisitos, otro aspecto que no puedes olvidar es que cuando corres sudas y por tanto, llegarás sudado al trabajo y a tus compañeros no les hará ninguna gracia.

Hazte esta pregunta ¿puedo ducharme en el trabajo? Si es así, déjate el día de antes la bolsa con la ropa para cambiarte y te aseguro que empezarás tu rutina de trabajo con otra filosofía.

En el caso de que no puedas ducharte, plantéate hacer el camino contrario, déjate la mochila de deporte preparada el día de antes y cuando termines tu jornada cálzate las zapatillas y ¡a correr hasta tu casa!

Consejos para ir al trabajo corriendo

1.- Si el trayecto es largo: No todo está perdido. Haz una parte en metro o en bus y termínalo corriendo.

2.- Ves de minimalista: Cuanto menos lleves mejor, para ti y para tu espalda. Piensa realmente en lo que te hace falta. Te recomiendo los cinturones para correr, pues tienen los compartimentos justos y necesarios para que puedas llevar cómodamente las llaves de casa, unas monedas, incluso el DNI o la tarjeta de crédito, quien sabe… Si necesitas más espacio recurre a la camelback, te dará más tregua ¡pero no te pases!

3.- Elije la ruta que te gusta, no necesariamente el trayecto más corto: Para que se convierta en una rutina tienes que disfrutarlo, así que no atajes y busca el trayecto que más te guste.

4.- Planifica los retrasos: Date un tiempo extra para los retrasos imprevistos.

5.- Tu día de descanso será clave: Aprovecha tu día descanso para llevarte a casa toda la ropa que has ido acumulando durante la semana en la oficina.

6.- Disfruta del trayecto: ¿Te has parado a observar tu trayecto diario? Es increíble la cantidad de cosas que te pierdes y que no te percatas en coche, en bus y que decir si lo haces en metro.

7.- Ahorra dinero: Haz números. ¿Cuánto gastas en gasolina a la semana? ¿Y cuantos billetes de metro o autobús podrías ahorrarte? Haz cuentas y decide tu mismo si merece la pena.

Muy importante, ten en cuenta los tiempos. ¿Cuánto tiempo necesitas para estirar, para ducharte, hacerte el pelo, maquillarte, cambiarte…? Para algunos esto puede ser 20 minutos y para otros una hora.

Si decides practicar running de camino al trabajo te asegurarás de que llegarás a la oficina más que despierto. Si optas por correr de vuelta a casa, es una muy buena oportunidad para que despejes tu mente de todas las horas de trabajo y te asegures llegar a casa relajado y lleno de energía. Tú decides.