"El novio de mi ex corre maratones", cuenta el protagonista de la película 'Run Fatboy Run' a un colega. Y éste pregunta, sorprendido en grado sumo: "¿Por qué?". Y lo hace de forma clarividente, divertida, tanto que consigue arrancar las carcajadas de cualquier corredor de maratones que vea la película. Porque, en principio, no hay necesidad de correr maratones.
Cuando a alguien que le gusta correr se le interroga sobre el porqué de su afición, siempre terminará diciendo: "Porque me gusta". O debería. El resto, serán argumentos inventados de cara a complacer al que pregunta, más allá de que ‘sea bueno para la salud física y mental’, para ‘relacionarse con otros corredores’ o ‘para conocer mejor las ciudades a las que se va de turismo’, ejemplos estos de respuestas tipo.
No deja de ser sorprendente que a aquellos que juegan al fútbol, al tenis, a la petanca, al pimpón o practican artes marciales, nunca se les pregunte eso. Pero la cosa va más allá. Esos deportistas aficionados nunca necesitarán trucos para motivarse a la hora de practicar esas aficiones deportivas. Y, entonces ¿los que les gusta correr sí los necesitan?
'5 trucos para vencer la pereza a la hora de salir a correr', 'Frases motivacionales para rodar bajo un chaparrón', 'Ejercicios mentales para que el frío no frene cuando vayas a salir a rodar' siempre serán temas necesarios para aquellos a los que no les gusta correr pero que han caído en las redes del bum de los últimos tiempos de este deporte. Y sufren.
Otra cosa es que algunos días haya que esforzarse un poquito cuando se está en medio de un entrenamiento de cara a hacer alguna gran prueba. No obstante, si se está realmente cansado y sin ganas de correr, no hay que correr, consejo éste que suelen dar los buenos entrenadores de running. De verdad, si no quieres correr, no corras. No tiene ningún sentido, y además, estarás quizás obviando las señales que te manda tu cuerpo.
Al que le gusta correr, le gusta cansarse, le gusta tener ese punto de sufrimiento físico, esas situaciones a veces agónicas, pero también esas sensaciones en las que todo cuadra y el piloto automático se pone en marcha, cuando el corredor casi levita y siente el motor engrasado a la perfección, y nota que podría correr hasta la eternidad.
Si te cuesta salir a correr, si te has leído en las últimas semanas más de dos temas sobre motivarse para correr, entonces es que no te gusta correr. Cambia de tercio. Serás más feliz.